Policías y miembros de la Guardia Nacional del estado de Oregón hicieron frente a manifestantes de izquierda en la ciudad de Portland, donde fue declarado un motín la noche del miércoles que dejó al menos 10 arrestos.
Portland, en la costa noroeste de Estados Unidos, ha sido escenario de continuas protestas desde el verano boreal y la gobernadora Kate Brown había declarado el estado de alerta para la noche electoral del martes, una medida que luego extendió en medio de temores de enfrentamientos violentos ante el reñido escrutinio en la lucha por la Presidencia.
Mientras, en Nueva York, miles de partidarios de Biden marcharon pacíficamente por la Quinta Avenida para exigir "el conteo de cada voto". "Donald Trump reivindicó la victoria antes de que cada voto haya sido contabilizado y queremos enviar el mensaje de que eso no es aceptable", dijo Sarah Boyagian, de 29 años y miembro de la organización que convocó a la marcha.
También en Arizona imágenes de televisión mostraron a seguidores del mandatario reuniéndose afuera de una oficina de recuento de votos del condado de Maricopa (Phoenix).
Algunos manifestantes llevaban armas –lo que es legal en este estado– y policías se formaron ante la edificación para protegerla.
En Detroit, docenas de partidarios de Trump se reunieron fuera del centro de convenciones de la ciudad, mientras los trabajadores electorales contaban las boletas de ausentes dentro. Sostenían carteles que decían “detengan el robo”.