Recientemente, un grupo de arqueólogos descubrió debajo de un edificio de oficinas del siglo XIX, los restos de un palacio con lujos y decorado con jardines exóticos; esto hallado en el centro de Roma.
Los especialistas determinaron que dichas piezas pertenecieron al tercer emperador romano, Cayo Julio César Augusto Germánico, mejor conocido como “Calígula”.
Luego de más de 3 años de excavaciones y estudio, los investigadores encontraron jardines con fuentes y pabellones, donde los interiores de dicho espacio estaban cubiertos de complejas decoraciones de mármol policromado.
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Encontraron muros con representaciones marítimas
Por otro lado, los expertos determinaron que el palacio fue edificado por el senador y cónsul que legó la propiedad de Calígula, Lucio Aelio Lamia; se hizo cargo del espacio en el 37 d.C.
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De acuerdo con la supervisora especial de arqueología de Roma, Daniela Porro, detalló que el espacio encontrado llamado “Horti Lamiani”, estaba rodeado de muros frescos con representaciones marítimas; esto de acuerdo con información emitida por The Times.
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"Podemos imaginarnos al emperador Calígula caminando por esta monumental escalera"
Además, determinaron que el lugar se encuentra repartido en diferentes niveles, mismos donde lograban conectar con el gran jardín a través de una larga escalera de mármol blanco.
"Podemos imaginarnos al emperador Calígula caminando por esta monumental escalera para disfrutar del espectáculo de un palacio construido según un modelo helenístico y oriental” declaró la directora del sitio arqueológico, Mirella Serlorenzi.
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Cabe señalar que los arqueólogos lograron recuperar miles de piezas antiguas pertenecientes a un guardia imperial; entre los objetos se encontraron: monedas, joyas, utensilios, ánforas y un broche de metal.
“Combinaba la grandeza arquitectónica y el gusto decorativo con el virtuosismo de las ninfas, las fuentes y los espectáculos acuáticos", afirmó Mirella Serlorenzi, la directora del sitio arqueológico.
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La directora del sitio arqueológico también declaró que hallaron huesos de pata de un león, el diente de un oso, así como huesos de avestruces y ciervos, los cuales, según ella, pudieron utilizarlos en aquellos tiempos como parte del circo privado del emperador.