Una turba de vecinos furiosos mató a golpes y machetazos a José Guaymas, un hombre de 24 años por presuntamente haber violado y asesinado a Abigail Riquel, una niña de nueve años, el sábado 17 de octubre en la ciudad de San Miguel de Tucumán, ubicada en la zona norte de Argentina.
Tras dar con el paradero del violador, luego de cinco días de búsqueda, los vecinos lo hallaron y lo retuvieron: aprovecharon para desnudarlo y le propinaron golpes, patadas, insultos y machetazos antes de entregarlo sin vida a la Policía este miércoles. José Guaymas acababa de salir de prisión una semana antes.
El homicidio de Abigail conmocionó al país
Abigail Riquel, de 9 años, salió de su casa y avisó a sus padres que iría a jugar a casa de su amiga el pasado sábado 17 de octubre, sin embargo con el paso de las horas, y al no saber de su paradero, su familia se preocupó y comenzó a buscarla. Testigos le aseguraron a sus padres que habían visto a la pequeña acompañada de José Guaymas, un joven de 24 años que acababa de salir de prisión.
Al convertirse en el único sospechoso de la desaparición de Abigail, los familiares y vecinos comenzaron a buscarlo, peor no lo encontraron. En el proceso de búsqueda hallaron el cuerpo sin vida de Abigail en un terreno baldío cercano a su casa. Se encontraba boca abajo y semi enterrada.
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De acuerdo con la autopsia la pequeña Abigail fue asesinada mientras sus familiares la buscaban; además fue asfixiada por su atacante y golpeada en repetidas ocasiones en la cabeza. Tras el hallazgo del cuerpo de la menor, tanto la Policía como familiares y vecinos comenzaron la búsqueda de José Guaymas, principal sospechoso.
Vecinos encontraron al responsable
Los vecinos se coordinaron para en conjunto realizar recorridos, guardias y además incendiaron la casa del presunto agresor, en solidaridad com la familia de Abigail. No fue sino hasta la tarde del miércoles cuando lo encontraron y lo atacaron a golpes y machetazos, para después entregarlo sin vida a la Policía.
Tras enterarse, el padre de Abigail, Pablo Riquel aseguró que ahora su hija iba a descansar en paz sabiendo que el culpable había pagado por lo que hizo, aunque reconoció que él nunca tendrá paz. "Perdí una parte de mí, por más que haya muerto o que pague en la cárcel, no tengo consuelo", declaró a los medios. Hasta el momento no hay imputados ni detenidos por la muerte del homicida.