Durante una discusión en el trabajo o con tus compañeros de oficina, mantener la calma puede ser un verdadero desafío. Aquí te ofrecemos algunas estrategias útiles:
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- Respirar profundamente: Al hacerlo, puedes reducir la tensión física y emocional. Trata de concentrarte en tu respiración, inspirando y expirando lentamente.
- Conocer tus gatillos emocionales: Identifica las situaciones, palabras o actitudes que te hacen perder la calma. Al estar consciente de estos gatillos, puedes trabajar en técnicas para manejarlos.
- Escucha activa: Presta atención a lo que tu jefe o compañero de trabajo está diciendo, sin interrumpir. Esto muestra respeto y puede ayudarte a entender mejor su punto de vista.
- Piensa antes de hablar: Antes de responder, tómate un momento para procesar lo que has escuchado. Esto puede ayudarte a responder de manera más reflexiva y menos impulsiva.
- Evita el sarcasmo y la ironía: Este tipo de lenguaje puede aumentar la tensión y dificultar la resolución del conflicto.
- Mantén un lenguaje corporal pacífico: Evita gestos agresivos o cerrados, como cruzar los brazos o fruncir el ceño. En su lugar, intenta mantener un lenguaje corporal abierto y receptivo.
Estas son solo algunas sugerencias. Recuerda que cada colega en la oficina o cualquier zona de trabajo son únicas, por lo que puede ser necesario adaptar estas estrategias a tu situación específica. (ConIA)