El Parkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta el movimiento, cada 11 de abril se conmemora el Día Mundial de este padecimiento para concientizar sobre sus síntomas y solidarizarse con las personas que lo viven.
La nutrición juega un papel importante en cada una de las enfermedades y en el Parkinson el reto es más complicado, pues para una persona sentirse bien y mantener su energía cuando no se está alimentado es muy difícil.
Alimentarse adecuadamente implica comer sin saltarse horarios, ingerir variedades de productos de todos los grupos alimenticios y comer prudentemente para mantener un peso saludable, pues el sobrepeso puede generar complicaciones con el padecimiento.
Cuidado de Huesos
Cuando se padece Parkinson se es propenso a sufrir de osteoporosis, que es causada por la baja densidad en los minerales de los huesos, esto también puede provenir de malos hábitos como fumar o ingerir alcohol, el bajo peso corporal, falta de exposición a la luz solar, el consumo inadecuado de vitamina D y calcio.
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Para cuidar la salud de los huesos es importante incluir en la dieta alimentos ricos en calcio y vitamina D, la leche los productos lácteos son las fuentes dietéticas más ricas en calcio. Se recomiendan tres porciones al día (una porción es una taza de leche o yogur, y una y media onzas de queso sólido) y la vitamina D se obtiene saliendo regularmente al aire libre.
Estreñimiento
Una de las consecuencias del Parkinson es el estreñimiento, por lo que su prevención es preferible, comer alimentos altos en fibra como panes de trigo integral, cereales de salvado, frutas y vegetales, frijoles, legumbres, y ciruelas, además de beber abundantes líquidos.
Suplementos “maravilla”
Existen infinidad de productos que hacen mención de retrasar o prevenir el Parkinson, pero esto no está cien por ciento comprobado por lo que es preferible no dejarse engañar y caer en trampas que harán perder dinero.
Dentro de los alimentos que no hacen daño y podrían ayudar esta el café, el té verde, una variedad de frutas y vegetales, los alimentos ricos en vitamina E tales como el germen de trigo, las nueces y semillas, y el aceite de origen vegetal, todos ellos son antioxidantes que no ayudan con los síntomas, pero puede mejorar otros aspectos de la salud.
GB