Huasca de Ocampo fue nombrado el primer pueblo mágico del país en 2001. Con un pasado minero, este lugar destaca por sus increíbles paisajes naturales y lugares históricos que crean el ambiente perfecto para descansar.
Las calles empedradas y las haciendas coloniales forman parte de este lugar, hogar de los famosos prismas basálticos, formaciones que pueden apreciarse en largos paseos a pie o desde una tirolesa.
Huasca de Ocampo es uno de los tres pueblos mágicos del estado de Hidalgo y se esconde a pocos kilómetros de la ciudad de Pachuca, entre bosques de oyamel.
Es famoso por sus imponentes haciendas
Para conocer el lugar y convivir con la naturaleza se puede dar un recorrido por las ex haciendas San Miguel y Santa María Regla o pasear en lancha por la presa San Antonio Regla, donde a 15 metros de profundidad se puede observar el casco de la hacienda de San Antonio.
Esas haciendas, precisamente, se construyeron para impulsar la explotación de la plata en el territorio y practicar el llamado sistema de patio. El pueblo destaca por las antiguas construcciones, sus paisajes boscosos y sus historias de duendes.
En el centro del pueblo podrás encontrar muestras de la gastronomía local, como la barbacoa hidalguense o los pastes recién horneados. En el Bosque de las Truchas hay un inmenso criadero de trucha arcoíris que se prepara de distintas maneras y representa la base para los platillos típicos del lugar.
Además, hay lanchas para navegar en el lago, renta de cuatrimotos, un balneario para los días de calor y cabañas turísticas para pasar la noche.
Visita el Museo de los Duendes
Los artesanos de este pueblo son famosos por las piezas de alfarería colorada que fabrican, que van desde platones, jarritos y ollas típicas. Además de cerámica, también hay artesanías de manta y madera tallada a mano.
Se dice que Huasca de Ocampo es hogar de duendes, seres traviesos que habitan en el bosque y juegan con los caballos. En el Museo de los Duendes, diseñado dentro de una cabaña turística decorada, exponen ejemplos asociados a este fenómeno sobrenatural.
La mejor época para visitar este lugar es entre febrero y mayo, cuando las lluvias son casi nulas y el clima es templado.
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