ROCK MEXICANO

"Naco es chido", la consigna de Botellita de Jerez que resignificó el rock nacional

Sergio Arau, Francisco Barrios y Armando Vega Gil pusieron en alto la identidad de todos los barrios mexicanos y dieron una cachetada con guante blanco a la "alta sociedad"

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La banda cambió la forma en que se hacía el rock en México
La banda cambió la forma en que se hacía el rock en MéxicoCréditos: Facebook oficial / @botellitadejerez

"Si lo mexicano es naco y lo mexicano es chido, entonces, verdad de Dios, todo lo naco es chido", cantaban los integrantes de Botellita de Jérez, Sergio Arau, Francisco Barrios y Armando Vega Gil en la canción "Guaca Rock de la Malinche" que sacaron en el año 1987, pero desde 1984 venían construyendo una identidad rocanrolera cien por cien chilanga que cambió para siempre el significado del "rock nacional". 

Es verdad que bandas mexicanas y rock mexicano eran conceptos que ya existían desde finales de los años 50, cuando los músicos nacionales empezaron a copiar o literalmente traducir las canciones e incluso estilos de artistas norteamericanos como Elvis Presley, Little Richard, Jerry Lee Lewis, Chuck Berry, entre otros blueseros de la época, padres del rocanrol

Rumbo a los años 70 aparecieron bandas del denominado rock chicano, quienes agarraron el estilo progresivo, el rock psicodélico y a la invasión británica para cantar, algunos en español, otros todavía no, la cotidianeidad de la sociedad mexicana, las injusticias, los abusos de poder, entre otras cosas que oprimían a la clase obrera o a los pobres.

Pero al irse Luis Echeverría del poder, el rock comenzó a aflorar de nueva cuenta, aunque sin identidad, con copias de allá o de más para allá. Buenos músicos, pero muchos de ellos con esperanza de parecerse a los grandes rocanroleros mundiales, a Jim Morrison, Queen, The Rolling Stones, The Kinks, The Who, entre otros tantos. 

La banda supo llevar el barrio a la cúspide con su rocanrol. Crédito: Facebook oficial / @botellitadejerez

¿Cómo surgió la Botellita de Jerez?

En el entonces Distrito Federal, tres músicos orgullosamente mexicanos, conectados con su barrio, con su gente y con su historia, crearon lo que hoy por hoy conocemos como el "Guaca Rock". Donde escuchamos por primera vez ese sonido distorsionado del rocanrol, pero mezclado con mambo, son, mariachi, rancheras, bolero, entre otros tantos géneros nacionales, desde luego, con letras que hablaban de lo cotidiano de la capital.

¿Era ese el rocanrol mexicano que tanto estábamos esperando? En 1984 estrenaron su disco homónimo donde ya avisaban por dónde iban las cosas con temas como "Guacarrock", "Charrock and roll" y "Heavy Metro", combinando elementos de la identidad del chilango con el rocanrol, pero además de todo, divertidos, pues eran una banda que se burlaban de ellos mismos, de los prejuicios que había en contra del barrio, de su forma de hablar, de vestir o de caminar, pero al mismo tiempo parodiando a los rocanroleros de la época, ídolos mundiales.

Es hasta 1985 que nos describen a fondo de lo que se trata su estilo. El disco "La venganza del hijo del Guara Rock" trae una canción de nombre "Guaca Rocker" donde dicen: "Si tu chava es una mezcla entre la Janis y la Lola Beltrán; si te pasa retorcerte como Elvis y el pachucho Tin Tan. Con tus tenis con espuelas vas que vuelas y a tus broncas pones alas pachangueras. Ponte buzo, caperuzo, para entrarle al guaca rock"

"Si revuelves en tu taco aguacate con un disco de rock y le agregas a Chuck Berry, a José Alfredo y una pizca de blues. Si tu facha la decoras bien cotorra con aretes y tatuajes, ¡no te rajes!", complementaban los famosos "botellos".

Botellita de Jerez resignificó el rock nacional. Crédito: Facebook oficial / @botellitadejerez

Era lo más cercano a lo que hizo el gran maestro Chava Flores, al cotorreo que traían Los Tepetatles (fundados, por cierto, por Alfonso Arau), o ideales que ya comenzaban a explotar proyectos como el de Rodrigo González (Rockdrigo) con el movimiento Rupestre y claro, El Tri de Alex Lora, pero al puro estilo de tres carnales que pensaban que la protesta, los reclamos y gritos de auxilio también podían ser divertidos, no siempre lúgubres. 

Además, en sus rolas y conciertos en vivo también se podía identificar que eran gente con un gran gusto por todo tipo de expresión cultural, lo que imprimía más elementos de calidad a sus temas. Armando Vega Gil era un respetado novelista, quien redactó la biografía no oficial de la Botella, mientras que Sergio Arau es ilustrador, diseñador, incluso cineasta, sin olvidar que es hijo del cineasta Alfonso Arau; por último, Francisco Barrios es un activista político, músico, compositor, productor y hombre de noticias.

Naco es Chido

Pero todo lo anteriormente descrito no solamente era parte de una identidad en el centro del país, específicamente en la ahora CDMX, también eran elementos que la gente de la "alta alcurnia" o "la alta sociedad" tomaban para segregar a la juventud, para catalogarlos como lo peor entre lo peor, gente sin educación, sin trabajo, borrachos, drogadictos, ladrones, asesinos y cuantas cosas puedan sacar con el objetivo de discriminar.

"Naco es chido" fue la bandera insignia de la banda. Crédito: Facebook oficial / @botellitadejerez

Pero Botellita de Jerez comenzó a sonar en la radio, en bares, en antros, incluso en televisión. Se hicieron famosos y no paraban de tocar, llevando esta cultura del barrio a otros lugares del país, rompiendo la bandera de que eran "Nacos", sinónimo de algo "corriente" que no pertenece a la clase alta. Ahora, lo "naco" era realmente "chido", como cantaban "El Mastuerzo", "El Uy Uy Uy" y "El Cucurrucucú".

"Naco es Chido es una frase que sale de las entrañas de los defeños ochenteros y noventeros, donde se mezcla todo lo tradicional con la cultura pop en un mismo ente, así como eran sus rolas. Es la mejor frase de identificación de un mexicano que se arraiga aun más cuando sales a otros países, un sentimiento de orgullo de que no nos parecemos a otros", comentó el periodista musical André Dulché para el Heraldo de México.

El cabello largo, las perforaciones en las orejas para los hombres o en otras partes del cuerpo, los tatuajes, los pantalones entubados, la mezclilla, las chamarras de cuero o los estoperoles, el peluche en el tablero del carro, los albures, las tocadas en bodegas y otras cosas que involucraba el rocanrol, se globalizaron y fueron aceptadas por todos por igual. Botellita había logrado romper estereotipos, pasaron de la segregación, a ser no solo aceptados, también admirados, aplaudidos, ovacionados.

A Botellita de Jerez, le siguieron otras tantas bandas que los tienen en un altar como Café Tacvba, Los Lagartos Molotov durante los años noventa y principios del nuevo siglo, pero las nuevas generaciones todavía los conocen y no dejan morir su legado, podemos mencionar, por ejemplo, a Belafonte Sensacional. Pero nunca, ninguna que se aventara a hacer un Guaca Rock tal cual, género hasta hoy, imposible de copiar. 

"Es difícil que salga una banda similar porque las letras a pesar de ser sobre la cotidianeidad, es muy complejo hacerlas en español sin caer en los lugares comunes. Por lo menos Arau y Vega Gil, eran, si no letrados, si tenían una buena formación y pasión por la literatura, en caso del Mastuerzo que también la tenía, posee una agilidad mental digna de cualquier guionista", opina el periodista André Dulché

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