Una de las más grandes divas de la época del cine de oro mexicano, la hermosa Ana Bertha Lepe, sufrió una terrible perdida a tan solo unos días de comenzar una nueva vida "gracias" a su padre.
El episodio que cambió su vida, la hizo caer en el alcoholismo y la depresión en los últimos años de su carrera, cosa que la cambió por completo, después de aquel negro episodio la personalidad de Ana Bertha no volvió a ser la misma.
Dicha historia comienza desde que la jovencita tapatía incursionó como reina de belleza en el concurso para obtener la corona de Miss México en 1954, representando a su tierra natal y unos meses después representó a México en Miss Universo, obteniendo el cuarto sitio.
Sobra decir que la jovencita era una hermosura, no por nada se convirtió pronto en una de las mujeres más asediadas del mundo del modelaje y desde luego de la actuación, rubro en el que poco a poco se fue incorporando, aprovechando su carisma y estilo, lo que le auguraba un futuro promisorio.
Su padre no lo permitió
Justo cuando su carrera como actriz comenzó a despuntar, surgió el amor entre ella un joven actor de nombre Agustín de Anda, de tan solo 26 años de edad, la relación marchaba tan bien que ambos estaban decididos a llegar hasta el altar para consumar su amor.
Sin embargo, la noticia no fue lo mejor que escuchó el padre de Ana Bertha, el señor Guillermo Lepe, quien montó en cólera luego de escuchar a su hija hablar sobre su futuro amor, ojala todo hubiera terminado ahí pero fue más allá.
El joven actor tomó la decisión de comunicarle la decisión de llegar al matrimonio con la joven Ana Bertha a finales de 1960, dicho anuncio fue la gota que derramó el vaso, el señor Lepe se levantó y sin miramiento alguno le metió dos balazos al joven quien murió de forma casi inmediata.
El asesino se entregó a las autoridades, sin embargo, con el tiempo salió de prisión sin purgar la totalidad de la pena que se le había impuesto.
Ese capítulo destruyó por dentro a Ana Bertha, quien comenzó a mostrar huellas de aquel momento traumático, desdeñando papeles en cine y radio, lo que llevó poco a poco a los productores a olvidarse de ella.
Ana Bertha ya no pudo recuperarse y cayó en una fuerte depresión y alcoholismo, además tuvo problemas con una hernia hacia el final de su vida y finalmente murió a los 73 años en el año 2013.
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