La actriz Ana Martín se ha convertido en últimas fechas en una de las figuras del espectáculo más queridas y nombradas en redes sociales y no es para menos luego que la propia actriz se ha dedicado a responder preguntas, saludos, críticas y hasta mensajes personales por su trabajo y vida privada.
Sin embargo, la crítica no siempre fue positiva ni encomiable con Martín, de hecho en 1988 un sector del público mexicano pidió ‘cancelarla’ por encabezar un proyecto televisivo que no era bien visto entre las conciencias pulcras y recatadas de la década de los 80 del siglo pasado (no es broma, la censura en el pleno auge del cine de ficheras era el pan de cada día), nos referimos a la telenovela El Pecado de Oyuki, una apuesta muy arriesgada (y exitosa) del guion adaptado de la creadora de Memín Pinguín, Yolanda Vargas Dulché, bajo la producción de Lucy Orozco.
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La telenovela transmitida hace más de 30 años por Televisa, no escatimó en recursos para generar una producción de época, ya que la historia se ambientaba en Japón, con su maquillaje, los kimonos, las recreaciones de los espacios (se adaptaron y construyeron sets enormes en la zona del Ajusco para trabajar) y algo muy importante, trató de recrear a la sociedad nipona ante los ojos de la audiencia mexicana con actores mexicanos y sin duda, la elección de la protagonista era fundamental.
Ese papel recayó en una experimentada y audaz actriz, menudita, pero con un carácter muy fuerte y decidido, dicho espacio no podía ser para otra que la joven Ana Martín, quien junto con Boy Olmi, Martha Roth y Jorge Martínez de Hoyos nos transportaron al Japón del Siglo XIX.
¿De qué va El Pecado de Oyuki?
La historia gira sobre el personaje de Oyuki Ogino, una joven mujer japonesa que vive en el campo junto con su hermano Yutaka (interpretado por Salvador Sánchez), y sus padres en una pequeña villa alejada de las grandes ciudades, al poco tiempo sus padres fallecen y su hermano carente de escrúpulos, decide llevarla junto con él a Tokio, para explotarla en un ryotei (restaurante tradicional japonés) como bailarina, aprovechando los conocimientos adquiridos en su infancia con una de sus tías.
Oyuki se convierte en una geisha, querida, pero a la vez deseada y utilizada por los hombres, desafortunadamente, no podía zafarse de esa vida, ya que su hermano ejercía mucho poder sobre ella y además consideraba que era su obligación mantenerse al lado de él a pesar de los maltratos de que era objeto.
Un día, Oyuki se enamora de un joven pintor de origen inglés, Irving Pointer (interpretado por Boy Olmi), fue tal el flechazo entre ambos que decide pedirla en matrimonio a su hermano, este se niega (debido a que no tendría a quien seguir explotando y perdería sus privilegios económicos), sin embargo, no sólo él se opondría, también la distinguida familia del pintor, no aceptaría la unión por cuestiones discriminatorias (que persisten hasta nuestros días) en las que no era bien visto una relación entre un anglosajón y una mujer de raza distinta.
Sin embargo, todo cambia cuando Yutaka se entera que la familia de Pointer es adinerada (su padre es el embajador del Reino Unido en Japón y su madre pertenece a la realeza), por lo que decide aceptar su relación. El amor entre Oyuki e Irving da como fruto una hija (Yuriko), sin embargo, los problemas de dinero y una relación tensa y desgastada por el asedio a Oyuki e Irving terminan por llevarlos a un encrucijada en la que Irving pierde la vida a manos de Yutaka y culpan a Oyuki por sus asesinato por lo que es encarcelada por 15 años.
Oyuki recupera su libertad hasta que su hermano moribundo confiesa que fue él quien asesinó a Irving, al salir busca a su hija, quien quedó a cargo de sus abuelos, mismos que decidieron no contar la historia sobre Oyuki y su padre para mantenerla a salvo (de las críticas y señalamientos por su origen), cuando la encuentra se da cuenta que ella no sabe que es su madre (y para generar mayor dosis de drama) se lo oculta y comienza a trabajar como sirvienta en la casa de los Pointer.
Oyuki comienza entonces una relación de amistad con su hija (interpretada por Cecilia Gabriela) y con el tiempo se vuelve su confidente, al final las heridas sanan entre ellas, la madre de Irving le pide perdón y le revelan la verdad a la joven Yuriko, quien acepta a su madre después de mucho tiempo.
¿Cuál fue el pecado de Oyuki?
La joven geisha queda embarazada de Irving, sin embargo, en ese momento la vida los pone en una encrucijada ya que se quedan sin dinero (recordemos que los padres de Irving decidieron alejarse de ellos), lo que causa gran dolor a Oyuki, primero por sentirse culpable del alejamiento de su esposo con su familia y lo más importante, por cometer “el pecado” de casarse con un hombre que no era de su raza.
Al respecto, la actriz ha dicho en sus mensajes en Twitter, que la telenovela El Pecado de Oyuki le abrió las puertas a la fama y además narró que tuvo que prepararse arduamente durante dos años para interpretar ese papel (la producción inició en 1986 y se estrenó hasta 1988).
El melodrama fue una historia adelantada a su época, razón por la que en su momento causó controversia por los temas que se abordaban y por algunas escenas que incluían desnudos parciales (ahora esas escenas no causan mayor problema) de Ana Martín, mismos que ahora presume sin menor problema en sus redes sociales.