Durante la primera temporada de MasterChef México hubo un personaje que se gabó el corazón de todos los televidentes por su talento en la cocina y su carisma; la Hermana Flor cautivó a todos desde el primer momento y los seguidores apreciaron su sencillez y dotes culinarios. Pero ¿qué ha sido de ella tras su paso por el reality show?
La Hermana Flor, cuyo nombre real es Florinda Ruiz Carapia, fue una de las 18 participantes de la primera temporada de MasterChef México, la cual se transmitió del 28 de junio de 2015 hasta el 18 de octubre de ese mismo año.
Florinda Ruiz Carapia fue una participante que logró destacar por su personalidad y su talento, siempre ataviada con su hábito de monja, logró conectar con los espectadores gracias a su creatividad para recrear deliciosos platillos en cada emisión del reality.
Ganó fama gracias a sus salsas
La Hermana Flor ganó gran popularidad gracias a su talento para realizar deliciosas salsas que convencían y encantaban a los jueces, al igual que sus platillos, lo que le hizo ser una de las finalistas del programa, uno de los más vistos a nivel nacional.
Luego de haber concluido la primera temporada y tras su salida de MasterChef Mexico, la Hermana Flor fue contratada para trabajar en TV Azteca durante las siguientes emisiones de MasterChef Junior.
Ahí la Hermana Flor colaboraba como guía y cuidadora de los pequeños participantes. Sin embargo fue en la edición de MasterChef: La Revancha, cuando los seguidores del reality percibieron la ausencia de la Hermana Flor. Trascendió que en aquel momento la famosa monja se encontraba en Europa.
Volvió a sus labores religiosas
Florinda Ruiz Carapia sin duda alcanzó un gran éxito durante su participación en el reality, así como el tiempo que formó parte de MasterChef Junior; su público se acostumbró a su presencia y alcanzó gran popularidad en el país.
Pero tras su paso por el reality show, sin embargo, la Hermana Flor continuó con su trabajo dentro de la iglesia y fue en Europa, en particular en España e Italia, en donde siguió cumpliendo con su encomienda religiosa.
Por Redacción Digital El Heraldo de México
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