EL MUNDO DEL DERECHO

Proveedores de servicios legales externos: pieza clave de un equipo legal sólido

En una empresa de tamaño considerable y con una estructura institucional seria, es tarea de su departamento jurídico traer a la mesa y guiar a los proveedores de servicios legales externos

Proveedores de servicios legales externos: pieza clave de un equipo legal sólido

Se dice, con razón, que situaciones complejas ameritan más de una mente para su análisis y atención. O dicho de manera coloquial: en las tormentas cuatro ojos ven más que dos. Ello es cierto, pero también lo es que todo depende de los ojos.

En el contexto de nuestro tema, en una empresa de tamaño considerable y con una estructura institucional seria, es tarea de su departamento jurídico traer a la mesa y guiar a los proveedores de servicios legales externos (v.gr. despachos, fedatarios y peritos), cuando su contratación se requiera por factores como la complejidad o especialidad del asunto a tratar, el mandamiento de ley o, simplemente, la carga de trabajo excesiva y temporal. En ello, hay dos acciones fundamentales: por un lado, identificar al profesional indicado en términos de ética, infraestructura, experiencia y capacidad técnica y de ejecución y, por otro lado, guiarlo para el buen entendimiento de la cultura empresarial y el objetivo que se persigue en el caso por atender, acciones en las que el área de la empresa que requiere el servicio debe jugar un papel activo, pero sin dejar de lado la independencia del departamento jurídico o temas sensibles como el debido manejo de conflictos de interés.

Antes de continuar, permítanme enfatizar que la tarea referida es del departamento jurídico de la empresa y, en última instancia, de su director jurídico, y que ella es parte de la responsabilidad de conformar un equipo legal sólido, tema tratado en la columna “Un equipo legal sólido: esencial para dar resultados de excelencia”.

En este orden de ideas, la selección y contratación de asesores legales externos tiene un concepto central: tales colaboradores son parte del equipo legal de la empresa y, siendo así, deben entender la empresa, su contexto, cultura y valores y, por supuesto, su objetivo como ente social y económico. Esto toma tiempo, dedicación y voluntad de hacer lo correcto por parte de los proveedores de servicios legales externos, los abogados internos y los demás funcionarios y empleados de la empresa involucrados. Por hacer lo correcto, me refiero a que los participantes en el proceso deben comprender y actuar conforme a dos temas sustanciales: primero, el “cliente” es la empresa y no sus funcionarios y demás empleados; segundo, los abogados internos y los asesores legales externos se deben complementar, coordinar y actuar como parte de una unidad, con el fin de dar el mejor servicio posible, cada uno con su particular encomienda y procurando siempre un ambiente transparente de intercambio de ideas y opiniones. Sin esta visión de unidad, es difícil dar, como una constante, los resultados de excelencia esperados y sujetos al escrutinio de la alta gerencia, los órganos sociales y los dueños de la empresa.

Para concluir, es pertinente comentar que dentro de las relaciones más valiosas que un abogado de empresa puede llegar a tener en su carrera, están las construidas ética y profesionalmente con los proveedores de servicios legales externos. En lo personal, son muchas las situaciones complejas que he enfrentado en mi rol de abogado de empresa, apoyado en ese otro par de ojos que, identificado como el indicado para el caso concreto, es de gran ayuda en la toma de decisiones transcendentales para el “cliente”: la empresa