Cúpula

Una edición conmemorativa

Además de celebrar siete décadas de la aparición de Pedro Páramo, la edición de aniversario aclara algunas falacias en torno al autor y su obra

Una edición conmemorativa
Foto: Fotos: Cortesía y Fundación Juan Rulfo

En este momento, dice el editor Ramón Reverté, “es muy difícil ser detractor de Juan Rulfo” y, sin embargo, “de repente hay una cierta inercia a decir cosas negativas de él, esto pasa, yo lo he visto, me lo ha enseñado la familia en casos puntuales, ellos son los defensores naturales de Rulfo y vigilan mucho eso, me parece que es una de las grandes labores de cualquier fundación, es decir, si tú representas a un autor tienes que defenderlo”.

Reverté, director fundador de RM, está cumpliendo más de dos décadas publicando al escritor mexicano: en 2001 inició su relación con Letras e imágenes que incluyó la fotografía de Rulfo; más tarde fue su obra narrativa, luego de que en 1998 concluyeron 45 años del ciclo editorial rulfiano con el FCE. Después de “unas 70 o 75 reediciones”, este año la editorial publica Pedro Páramo. 70 años, edición conmemorativa de la obra más traducida y vendida del autor jalisciense.

Se trata de un ejemplar de lujo, en pasta dura y acompañada de una postal donde aparece el escritor (la idea ha sido tomada de la versión en chino de 2011, traducida por Tu Meng Chao para Yilin Press), además de un texto introductorio (del que ofrecemos un fragmento en este número de Cúpula), la reproducción de los tres antecedentes de la obra, publicados previamente por el propio Rulfo en Las letras patrias, Universidad de México y Dintel, así como un exhaustivo recuento que incluye 97 portadas de la obra traducida a otros idiomas, de 1958 a 2024.

La edición conmemorativa de Pedro Páramo comenzará a circular en los primeros días de marzo (la primera edición de la obra terminó de imprimirse el 19 de marzo de 1955), el tiraje consta de 15 mil ejemplares y se trata “de una edición de coleccionista que no se va a reimprimir, es decir, es una edición única”, que se distribuye tanto en México como en España y en el resto de Latinoamérica.

Centrar la atención en Rulfo y su obra es uno de los objetivos: “Si uno tiene la oportunidad de ver la biblioteca de Rulfo se da cuenta de que, primero, era un gran lector; dos, tenía un cariño extraordinario por los libros, todos los libros que conservó están en perfecto estado y le gustaban mucho las ediciones. Para nosotros seguir lo que pide la familia Rulfo consiste en publicar sus libros sin ningún error, con una calidad de producción y con un precio sumamente atractivo”. La edición especial se venderá en 345 pesos, pero la rústica y permanente no supera los 160 pesos.

 Con la edición de aniversario y el texto introductorio se intentan además aclarar al menos dos falacias en torno al autor de El llano en llamas y su obra, algunas de esas "inercias" de las que habla Reverté. La primera de ellas ha sido largamente repetida y desmentida, se refiere a la supuesta intervención de los editores en la versión final de Pedro Páramo. Esta vez el responsable de la aseveración es Marco Antonio Campos, quien en un artículo asegura que el poeta Alí Chumacero se encargó de tachar una frase del último párrafo del mecanuscrito de Rulfo.

 La nota aclara que “Juan Rulfo entregó al Centro Mexicano de Escritores (CME), como requisito de su beca, la copia al carbón, en papel delgado, de su original”, sobre ella realizó cambios “menos numerosos de los que hizo en la versión definitiva”, pero ya estaba incluida “la supresión del párrafo final”, por lo que aseverar que Chumacero contribuyó a arreglar la última versión de la obra es “desconocer la existencia de la copia, con mucho menos intervenciones de Rulfo”.

 La segunda aclaración aparece en la última nota al pie del texto e involucra a la familia del escritor en el momento en que recuperan los mecanuscritos originales, en 2001. Esta vez el desmentido recae sobre el escritor Gonzalo Celorio y su libro Mentideros de la memoria, donde describe la devolución mientras se desempeñaba como director del FCE. 

De acuerdo con la nota, Celorio afirma “que lo hizo en una extravagante escenificación en el Palacio de Bellas Artes el 19 de septiembre de 2001”, pero aclara que realmente la realizó él mismo escritor, junto con Hernán Lara Zavala y Alba Rojo, cuando directamente “entregaron a la señora Clara Rulfo, en su casa, los mecanuscritos de El Llano en llamas y Pedro Páramo el 3 de abril de 2001. “Y nunca se dijo, ese 3 de abril o cualquier otro día, que la entrega de los mecanuscritos a la señora Rulfo estaría condicionada al regreso de la edición de la obra de Rulfo al FCE, como afirma Celorio”, agrega.

Los originales, en cambio, se exhibieron por primera vez al público en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM el 16 de mayo de ese año y, posteriormente, en una exposición en el Palacio de Bellas Artes.

Por Luis Carlos Sánchez

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