Cuando todavía era una bebé, Petrona Viera (1895-1960) padeció meningitis, una enfermedad que la dejó sorda y la llevó a explorar la comunicación desde el arte, convirtiendo a su obra en el testigo de su vida; por esta condición también conoció a los pintores Vicente Puig y Guillermo Laborde, quienes formaron parte de su proceso de formación artística en casa.
Petrona Viera. Una creación sin fin, que se exhibe hasta el 28 de abril en el Museo Nacional de Arte, redescubre la obra artística de la uruguaya y la pone en diálogo con la obra de artistas mexicanos cuyas inquietudes los llevan a explorar los lenguajes latinoamericanos de esos tiempos “alejándose así un poco del arte nacionalista”.
En entrevista, Ramón Avendaño, jefe de curaduría del recinto, explicó que desde el año 2020 el legado de la pintora comenzó una itinerancia por América, primero con una exposición monográfica organizada por el Museo Nacional de Artes Visuales de Montevideo, en Uruguay; después por la Galería Nacional de Santo Domingo, en República Dominicana; el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile; el Museo de las Artes de América, en Washington, DC; y ahora en “el máximo recinto de arte mexicano” que se ubica en la capital.
“Es un homenaje dedicado a una reconocida mujer y figura de las artes visuales uruguayas, una pintora, cuya excepcionalidad artística va más allá de las fronteras sudamericanas y continentales”, dijo.
Y agregó que, además, la muestra exhibe “una parte importante de su historia en la búsqueda de su propia identidad, en un momento en el que la sordera ponía en cuestión las capacidades de una persona, y en una época, donde ser mujer en el arte era un gran reto, logrando así abrir el paso a otras artistas de su tiempo”.
Asimismo, de acuerdo con Avendaño, la exposición exhibe también su periodo planista (una estética dominante de su tiempo que tiene como base la utilización de grandes planos de colores, casi puros, con dibujos sin detalles, ni volumen), corriente, en el que ella desarrolló una paleta y temas propios que, más allá de parentescos estéticos, le dieron una personalidad reconocible.
Por último, Ramón Avendaño explicó que la obra de Petrona Viera en esta exposición dialoga con la obra de los mexicanos Mariana Yampolsky (1925-2002), Rosario Cabrera (1901-1975), Elizabeth Catlett (1925-2012), Germán Gedovius (1867-1937) y Manuel Rodríguez Lozano (1896-1971).
- La muestra se divide en cuatro núcleos: el paisaje, la niñez, el desnudo femenino y el retrato.
- La obra de seis mexicanos forma parte de la muestra.
- 26 obras de Petrona Viera están en la exposición.
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