Con 3 mil 997 kilómetros cuadrados de territorio, Tlaxcala se ha propuesto profesionalizar en grado técnico los saberes y oficios para rescatar la cultura en el estado.
Juan Carlos Ramos, director de Extensión Cultural de la Secretaría de Cultura de Tlaxcala, explicó que la idea es que los espacios culturales de la entidad se conviertan en "verdaderos semilleros" donde las personas acudan a satisfacer la demanda de formación en el arte, por lo que el plan de estudios de los talleres permite a los estudiantes acceder a la educación formal desde las primeras bases. “El estado cuenta con diez centros que fortalecen de manera regional la vocación de cada comunidad, sus costumbres, tradiciones y su lengua, por lo que periódicamente realizamos un diagnóstico para conocer las carencias, que en los perfiles socioculturales se tienen ahí”, señaló.
Los espacios culturales se ubican en los municipios de Papalotla, Tlaxco, Ixtenco, Huamantla, Chiautempan, Calpulalpan, Yauhquemehcan, Zacatelco, Hueyotlipan y Contla, en donde se imparten clases de dibujo, pintura, danza folklórica, piano y solfeo, violín, guitarra, saxofón, jazz, ballet, textil, títeres, otomí, nahuátl, inglés, francés y otras disciplinas.
“Podemos hablar de programas que se dedican al rescate, ya sea de las lenguas maternas, de literatura o de oficios que caracterizan a las comunidades como el bordado y la cerámica”, agregó. Un ejemplo es el Centro Cultural de Ixtenco, donde se busca rescatar el otomí, lengua que los habitantes de esa región han ido perdiendo; o en Contla, donde se busca fortalecer el arte del bordado de pepenado (declarado Patrimonio Cultural Inmaterial), el tejido de bastidor, el deshilado y actividades cotidianas que fortalecen la economía.
“Las clases y talleres permiten que los estudiantes accedan a tres escuelas con un grado académico a nivel técnico o al nivel licenciatura de Tlaxcala", dijo.
Además, siendo Tlaxcala un estado con una profunda vocación musical en todos los centros se imparten clases de instrumentos musicales específicos. “Somos un pueblo que vive de su relación con la tierra, de lo que cosechamos, de nuestros saberes, de nuestras lenguas maternas, de nuestro arte, de la música y del arte y las artesanías, eso genera profundos conocimientos que detonan proyectos que se trabajan con entusiasmo”.
Lo más importante, afirmó, de los Centros Culturales es que a través de ellos se está logrando recapturar la atención de las infancias y las juventudes, quienes ven su cultura con orgullo. “El trasfondo viene plasmado en las directrices del gobierno de Lorena Cuéllar, con la intención de que se entienda que las expresiones culturales no son aisladas, sino que están concatenadas y son para todos, eso nos permite transformar a la sociedad y recomponer el tejido social”, explicó.
Para garantizar el acceso de la población, los Centros Culturales manejan costos que no rebasan los 250 pesos mensuales, cuotas que los alumnos pagan de forma directa al docente, sin necesidad de intermediarios. “Es un beneficio sin puenteo y sin triangulación que llega del usuario al facilitador, quienes consideran los precios de acuerdo a los elementos a desarrollar”.
Por Azaneth Cruz
EEZ