La Junta de Gobierno del Banco de México por unanimidad decidió incrementar en 50 puntos base su tasa de interés referencial a un nivel de 6.5 por ciento, confirmando lo ya adelantado por el Jefe del Ejecutivo por la mañana de este jueves.
Esta alza, explicó, respondió a la evaluación de la Junta de Gobierno sobre la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación y sus determinantes, así como el riesgo de que se contaminen las expectativas de mediano y largo plazos y la formación de precios.
Además de considerar también los mayores retos ante el apretamiento de las condiciones monetarias y financieras globales, el entorno de acentuada incertidumbre y las mayores presiones inflacionarias asociadas al conflicto geopolítico.
De ahí que la Junta de Gobierno encabezada por Victoria Rodríguez Ceja, precisó que, con esta acción, la postura de política monetaria se ajusta a la trayectoria que se requiere para que la inflación converja a su meta de 3% dentro del horizonte de pronóstico.
También informó que, ante las mayores presiones inflacionarias, los pronósticos de las inflaciones general y subyacente se revisaron al alza para todo el horizonte y ahora se prevé que la convergencia a la meta de 3% se alcance en el primer trimestre de 2024 (ver cuadro).
Así, la inflación general esperada para el cierre de 2022, se elevó a 5.5 del 4.0 por ciento esperado en febrero pasado, mientras que la subyacente pasó a 5.2 de 4.3 por ciento.
En tanto, que, para el cuarto trimestre de 2023, la inflación general prevista se ubicó en 3.2 por ciento respeto al 3.1 por ciento esperado en febrero y que ahora se estima alcanzar en enero-marzo de 2024.
Banxico preció que estas previsiones están sujetas a riesgos, entre los que se esperan al alza una persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; presiones inflacionarias externas derivadas de la pandemia; mayores presiones en los precios agropecuarios y energéticos por el reciente conflicto geopolítico; depreciación cambiaria; y presiones de costos.
Mientras que, a la baja, detalló, una disminución en la intensidad del conflicto bélico; un efecto mayor al esperado de la brecha negativa del producto; precios de los energéticos menores a lo previsto; y apreciación cambiaria.
Con lo que advirtió que “el balance de riesgos respecto a la trayectoria prevista para la inflación en el horizonte de pronóstico se ha deteriorado y se mantiene sesgado al alza”.
La Junta de Gobierno refirió que en las siguientes decisiones de política monetaria vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas.
Ello, agregó, con el objetivo de determinar una tasa de referencia congruente en todo momento tanto con la convergencia ordenada y sostenida de la inflación general a la meta de 3 por ciento en el plazo en el q
dhfm
Seguir leyendo: