Lorenzo Roel Hernández, consejero delegado para Asuntos de Organización Internacional del Trabajo y la Organización Internacional de Empleadores de la Coparmex, dijo que el incremento al salario mínimo que el gobierno de México impulsará para el final del sexenio, no puede ser una decisión unilateral, sino tripartita, como se hace año con año en la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami), en la que dialogan el sector representativo de los trabajadores, el empresarial y el gobierno.
"No puede ser una imposición, porque los ajustes a los salarios pueden generar problemas de inflación y en consecuencia de desempleo", indicó en entrevista con Mario Maldonado para El Heraldo Radio.
Agregó que el gobierno debe facilitar el tránsito a las empresas, que al final son las generadoras de empleo, para que puedan funcionar.
"Si es desmedido el ajuste también puede impactar en los costos de los productos y servicios de las empresas, y eso puede tener impacto en la inflación, pero es un tema que tenemos que discutir los factores de la producción, primordialmente, los representativos de los trabajadores y el sector empresarial, y en su momento, ver hasta dónde se puede apoyar esta intención, en las que estamos tres sectores buscando poder llegar a la línea de bienestar familiar".
Manifestó que debe ser un ajuste razonado con el objetivo de llegar a esa meta en este sexenio, pero cuidando que no se produzca más desempleo y crezca la inflación.
"Estamos esperando llegar a un buen acuerdo que favorezca la generación de empleo y buscando, por supuesto, empoderar el salario mínimo general".
Finalmente, dijo que con la pandemia de Covid-19, lejos de recuperar los trabajos formales, ha crecido la informalidad, ya que las micro y pequeñas empresas han sido las más afectadas.