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Arena Coliseo, cuna de la época de oro de la lucha libre, está por cumplir 82 años

El 2 de abril de 1943, la lucha estelar del Santo contra Tarzán López marcó la apertura de la arena que Salvador Lutteroth construyó en el número 77 de República de Perú, en pleno Centro Histórico de la Ciudad de México

Arena Coliseo, cuna de la época de oro de la lucha libre, está por cumplir 82 años
La lucha entre Santo y Black Shadow, en 1952, fue una de las más emblemáticas en la Arena Coliseo. Foto: Cuartoscuro

Viernes 7 de noviembre de 1952. El frío que anuncia las festividades decembrinas ya se dejaba sentir en las calles República de Perú y Altuna, en pleno centro de la Ciudad de México, pero adentro, la Arena Coliseo era un volcán de bullicio. El Santo y Black Shadow, los dos luchadores más afamados de la época, se enfrentaban en una pelea máscara contra máscara.

Las crónicas periodísticas de entonces mencionan que el anuncio del encuentro causó conmoción entre los aficionados. Las entradas se agotaron un día antes de la pelea. Los revendedores aprovecharon la ocasión y los boletos que costaban 7 pesos en taquilla llegaron a cotizarse en 40, mientras los que costaban 25 pesos se llegaron a revender en 100. 

En la tercera caída, luego de un par de maniobras para llevar la espalda de Black Shadow contra la lona, la tercera palmada en la cuenta del referee Rudy Blancarte se desvaneció entre el ensordecedor alarido de más de 5 mil personas, que atestiguaron cómo el Santo le arrebataba la máscara a su rival, en una de las noches más emblemáticas de la lucha libre mexicana y del llamado “embudo de Perú 77”.

Desde su inauguración, el 2 de abril de 1943, la Arena Coliseo ha sido el escenario de funciones de lucha épicas como la del Enmascarado de Plata y Black Shadow, que marcaron la época de oro de ese deporte. Y también de algunas de las peleas más importantes de boxeadores como Rubén “Púas” Olivares, Raúl “Ratón” Macías, José “Mantequilla” Nápoles, Lupe Pintor, entre otros.

Uno de los espacios preferidos para los aficionados a la lucha libre

La Arena Coliseo fue construida para funcionar como escenario de peleas de box, aprovechando su cercanía con el barrio de Tepito y su fama como cuna de destacados pugilistas. Para financiarla, el promotor Salvador Lutteroth, considerado el padre de la lucha libre en México, destinó 40,000 pesos de ese entonces, que ganó en la Lotería Nacional.

Sin embargo, pronto se convirtió en un espacio idóneo para la lucha libre, entre otras cosas, debido a la desaparición de la Arena Nacional a causa de un incendio en 1937, la cual se encontraba en el número 22 de la calle de Iturbide. 

La primera función de la Arena Coliseo, la noche que se inauguró, fue una pelea entre Tarzán López y El Santo, con resultado perdedor para el Enmascarado de Plata. Un mes después tuvo lugar la primera pelea de box ahí, entre  Ernesto Aguilar y Leonardo López.

Desde ese momento, y durante más de ocho décadas, la Coliseo ha sido uno de los centros de entretenimiento preferidos por los aficionados a las luchas. Y aunque años después se construyeron otros recintos más grandes y con más capacidad, como la Arena México en la colonia Doctores, los fanáticos de este deporte siguen haciendo fila para entrar al Embudo de Perú 77 y celebrar las llaves, los candados y los vuelos de sus ídolos.

 

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