AUTOMOVILISMO

A 50 años de la inmortalidad de Pedro Rodríguez

Se cumplen cinco décadas del deceso de Pedro Rodríguez, ícono del automovilismo deportivo mexicano

DEPORTES

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Pedro Rodríguez debutó en la Fórmula 1 en 1963, cuando disputó el Gran Premio de Estados Unidos. Foto: EspecialCréditos: Foto: Especial

Hace 50 años, Pedro Rodríguez murió en Núremberg, Alemania. El legendario piloto mexicano, consolidado como uno de los más grandes iconos deportivos en el país, falleció el domingo 11 de julio de 1971, después de estrellarse a bordo de un Ferrari 512M en las 200 Millas de Norisring.

El conductor, que contaba con 31 años, emuló así el trágico deceso de su hermano en noviembre de 1962, cuando Ricardo perdió la vida en la curva peraltada en el Autódromo de la Ciudad de México. Una exitosa trayectoria marcó el legado de uno de los mayores representantes del automovilismo nacional.

Durante el recorrido en territorio europeo, Rodríguez extravió el neumático delantero derecho antes de impactar con un muro de contención. Rápidamente, el auto envuelto en abrasivas llamas fue golpeado por el inexperimentado piloto Kurt Hild, quien resultó ileso en el aparatoso accidente.

Personal de seguridad asaltó la pista para auxiliar al mexicano, quien fue extraído del vehículo con múltiples fracturas y severas quemaduras; fue reanimado en repetidas ocasiones. Posteriormente, tras minutos de incertidumbre, Pedro falleció en el Hospital Municipal de Núremberg.

El originario de la Ciudad de México debutó en la Fórmula 1 en 1963, cuando disputó el Gran Premio de Estados Unidos. Las siguientes tres temporadas se afianzó en la máxima categoría del automovilismo, donde únicamente completó tres circuitos en siete participaciones.  

Como miembro de la escudería Cooper Car Company, Rodríguez de la Vega consiguió en 1967 su primera victoria en el Gran Premio de Sudáfrica. Asimismo, se convirtió en el primer mexicano en asegurar un triunfo en la F1. Con 15 unidades, finalizó la campaña en la sexta posición.

En 1968, con el equipo Owen Racing Organisation, sumó tres podios, dos consecutivos, en la temporada (Bélgica, Países Bajos y Canadá). Rodríguez se estableció como uno de los pilotos más completos, al dominar las competencias en lluvia y de noche; recibió el mote Ojos de Gato.

A lo largo de nueve años contendió en 54 Grandes Premios, donde concretó siete podios, 71 puntos, una vuelta rápida, 25 abandonos y 86 giros a la cabeza. En 1971 alcanzó en el circuito de Bélgica su segunda victoria. Esa misma campaña celebró en Francia su último GP.  

Los memorables logros de Pedro Rodríguez permanecen vigentes en la memoria de millones de aficionados del deporte motor. Como el primer gran héroe mexicano, el audaz joven es recordado por sus más grandes gestas en los míticos y prestigiosos escenarios del automovilismo mundial.

Por Emilio Pineres