CULTURA

Elina Garanca, una mujer que no quiere mentir

La célebre mezzosoprano letona debuta, este jueves, en la sala principal del Palacio de Bellas Artes con un repertorio de arias famosas y zarzuela

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Demostrará su repertorio al públicoCréditos: Especial

Dos confesiones contundentes hizo Elina Garanca (Riga, Letonia, 1976) en su llegada a México: “soy una mujer y no me gusta mentir”. La mezzosoprano, quien este jueves debuta en el Palacio de Bellas Artes, atemperó su condición de diva y puso las cosas en orden: los sueños de la adolescencia han acabado, ahora es madre de dos niñas y “valoro mucho dónde voy y por qué”, dijo.
Triunfadora en las más famosas salas del mundo, aclamada por la crítica más de una vez, Garanca llegó a la Sala Manuel M. Ponce con “un poco de catarro, que he traído de Europa”, tras desayunar chilaquiles, un platillo que “adoro”, y para hablar, en español, sobre esa etapa que vive, en la que “no hay mucho que me interesa” como cantante, sino es para divertirse en el escenario.

“No me gusta repetirme. No hay papeles que haya cantado en el escenario más de 50 veces, y puede ser que por eso siempre he buscado la posibilidad de abrir más papeles, más repertorio, partiendo del barroco a Mozart, al canto romántico, Wagner, Beethoven, me han dado esa posibilidad”, afirmó.

“Cuando era estudiante, soñaba con el debut en el Metropolitan Opera House de Nueva York, en Viena, en Londres, en la Scala; después empiezas a soñar en cierto repertorio; después, si tienes posibilidades, sueñas con trabajar con los mejores maestros del mundo, tener presentaciones en la sala de cámara más famosas, y al final, todo se junta en un sueño muy grande de tener una carrera muy larga”, agregó.

Garanca sabe ahora lo que quiere, repetirse puede resultar aburrido y no es que se trate de cansancio, sino de una condición a la que el glamour deja poco espacio: “Soy una mujer, y es un tema de hormonas, de cambio, es un gran tabú del que no se habla, pero que sufren muchas mujeres y muchas cantantes, y hay que reconocer que son periodos en el mes cuando la voz corre y periodos en el que no corre. El sufrimiento y la dificultad de hacer ese ejercicio cuesta demasiado”.

“Hay que ser también realista: las voces son como coches, con un cierto tiempo ya no es lo mismo que antes, y también hay que reconocer el punto justo de cuando retirarse. Yo estoy pensando en eso, todavía no, pero estoy pensando que en los próximos 20 años probablemente ya no voy a cantar, será mucho menos. Ahora, como soy mamá de dos niñas, intento combinarlo: ser cantante, ser artista, ser mamá, ser mujer…”, agregó.

Para la cantante subir al escenario no basta, ahora también debe valer la pena dejar a sus hijas en casa y pasarla bien: “Mayormente es el interés a divertirse, a estar afuera, en la proporción que no te gusta un sitio que no es tuyo, ciudades en las que te sientes mejor o donde no te gusta caminar por la calle, entonces para qué estar afuera seis o siete semanas, si el placer por salir al escenario al final de tan largo periodo es muy poco, son pocas horas de placer”.

“Los papeles chicos, como se dice, para mezzosoprano, no me interesan más. En teoría los podría cantar, porque técnicamente sé lo que esos papeles necesitan, pero la voz no tiene ya esa frescura, esa juventud, que es normal. Obviamente, el repertorio más fuerte, más dramático, ahora cuesta más, requerimos más la recuperación después de una función”, explicó.

Pero en definitiva, la Garanca de ahora es otra y esta es muy honesta: “No hay mucho que me interesa, un papel terrible como Azucena, que sería interesante hacer, o Venus, que es un papel muy lindo, muy bel cantista, para volver un poquito a mi repertorio anterior, pero ya no tanto como hace 15 años. Soy muy honesta en eso, y no me gusta mentir, ni a mi misma ni a mi público. Y cuando digo que entrando al escenario, no provoca emociones grandes actuar, mejor ya no salgo, porque, como he dicho antes, no quiero mentir”.

Bajo la dirección de Constantine Orbelian, la “Gala Elina Garanca” se lleva a cabo el jueves 2 de marzo a las 20:00 horas en la sala principal del Palacio de Bellas Artes. El programa, compuesto de zarzuelas y arias de célebres óperas como Sansón y Dalila, Carmen y Cavalleria Rusticana, forma parte del aniversario 75 de la Compañía Nacional de Ópera del INBAL.