Alfredo Castañeda nació en 1938. La pintura fue parte fundamental de su educación. En 1956, el artista entró a la Escuela de Arquitectura de la UNAM, en donde se adentró en la poesía y en la filosofía, y se encantó por el mundo mágico y espacial. En los años 60, a la par de concluir sus estudios, después de un viaje por Europa, presentó en México su primera exposición individual en la Galería de Arte Mexicano de la Ciudad de México, convirtiéndose en uno de sus grandes creadores de México hasta nuestros días.
Castañeda se formó como artista en este país y en el extranjero para decidir, en la década de los 90, su lugar de residencia en España, desde donde siguió abonando en su creación, a través de los vasos comunicantes de la cultura ibérica y la mesoamericana.
Con el paso de los años, Alfredo Castañeda forjó un nombre que varios críticos ubicaron en el surrealismo mexicano; sin embargo, su propuesta fue más allá, destacando por su mística profunda y por los seres que habitan en su obra, así como por abarcar otras disciplinas, como la gráfica y la poesía.
Hoy es necesario redescubrir a este artista a través de su obra, en la que la pincelada y el tratamiento cromático de sus composiciones, así como el tono narrativo de sus imágenes. nos cautivan por su capacidad de provocar en nosotros una espontánea sorpresa. Obras que a su vez se complementan con sugerentes y evocadores títulos.
El Senado de la República ha puesto especial énfasis en reconocer el trabajo de creadores y artistas que conforma la vasta riqueza cultural de nuestra nación.
Bajo este espíritu, tuve el honor de inaugurar recientemente en Casa Nuestra, inmueble histórico de este órgano legislativo, la exposición “De sobremesa con Alfredo Castañeda”, que celebra al artista mexicano, quien murió en Madrid en 2010.
Este homenaje es merecido y necesario a más de una década de la muerte de Alfredo Castañeda y es una acción que engalana a la agenda cultural del Senado de la República. Además, es una gran oportunidad a la que somos convocados por el arte y la belleza para celebrar la creación de un hombre que miró más allá de lo aparente y lo supo plasmar con su talento.
POR RICARDO MONREAL ÁVILA
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