Cúpula

Día de la Mujer: Narrativas gráficas feministas

Todavía faltan símbolos que representen todas las luchas, los avances, las mujeres empoderadas que queremos ser

Día de la Mujer: Narrativas gráficas feministas
Símbolo del movimiento feminista Foto: Martha Barragán MAR

Las necesidades de comunicación de las mujeres han cambiado rápidamente en los últimos tiempos, y es que la comunicación, sus símbolos y significados han estado bajo el orden patriarcal que reina por todo el mundo.

Tenemos sólo las miradas, escritos y expresiones gráficas de quien ha tenido en su poder los medios de comunicación, que son los hombres. La forma estereotipada y simplista en que se configura apenas en unas cuantas formas de existir o de ver a las mujeres, madre, santa o puta ya no son aceptables ni son suficientes y muchísimo menos nos representan ni nos gustan ni nos hacen justicia.

En esta reflexión hablaré de las narrativas gráficas en los medios de comunicación, diarios y redes sociales, y principalmente en el ámbito político, ya que lo público es lo que más nos ha sido negado y es ahí donde se pretende conservar el discurso del poder de la comunicación en la que somos invisibilizadas.

En la caricatura política encontramos este sesgo machista y discriminatorio de manera muy frecuente y evidente para una mirada violeta. Por ejemplo, qué hay peor que un político corrupto: una prostituta, es decir, una mujer que vende el cuerpo. Para nosotras es algo muy diferente la prostitución, es un pago por una violación, así que lo peor es el violador, no la prostituta.

La representación gráfica de las mujeres es violenta, un ejemplo es la caricatura más dibujada en el mundo: la justicia violada. Pero ojo, en la descripción gráfica la justicia-mujer es voluptuosa, sexy, golpeada, con senos expuestos, expresión de víctima, y el violador es, en su gran mayoría, un hombre fuerte, sin ningún rastro de monstruosidad, es decir, es fácil dibujar esta concepción de la mujer maltratada, revictimizada, y no ver al violador como un agresor, sino como un hombre con poder. Aquí se valida a la puta como la mujer mala.

Símbolo del movimiento feminista. (Créditos: Martha Barragán MAR)

Pero tenemos más, para agredir a un adversario político o de una justa deportiva lo que se hace es “ridiculizarlo” feminizando sus rasgos, poniéndole falda, labial, zapatillas altas para denigrarlo, decirle “maricón”, nuevamente lo peor será ser como una mujer, como un ser de segunda o de uso comercial-sexual. Estas violencias son aceptadas con facilidad porque están empaquetadas en una caricatura, entonces son por “diversión”. ¿De verdad será así?

Otra forma muy socializada de describir a las mujeres en los cartones políticos es cuando se dibuja la pobreza, cuando se quiere hablar de la terrible maldad de los ricos y poderosos entonces aparece la mujer-madre, la que tiene hijos hambrientos, maltrecha, pobre, triste, desempoderada, víctima, pero buena, redentora, cuidadora de los hijos. La pobreza tiene rostro de mujer: la que es buena y a la que hay que rescatar.

En contrapunto, cuando se dibuja el poder es representado por hombres gordos, blancos y ricos, aún aquellos políticos corruptos no dejan de ser graciosos en el trazo, a veces ofenden a las ratas, cerdos o burros al compararlos y “animalizarlos”, pero son las menos. En algunas ocasiones, en los textos se les llama “gallinas” cuando se quiere ilustrar que no tienen agallas, aunque con mis gafas violeta yo veo que la de los huevos es la gallina, ella los pone.

El movimiento feminista ha tenido muchos avances y necesidades de expresión gráfica diferente para erradicar esos estereotipos machistas y discriminatorios. Ya no hay ánimo de espera para que eso no cambie. La presencia de ilustradoras emergentes, amateurs, está avanzando con fuerza para que esta necesidad de expresión gráfica sea acorde con los avances feministas. Ya hay una generación mundial de mujeres caricaturistas feministas muy bien identificadas; en cada país es diferente el número, pero las narrativas gráficas violeta están encontrando nuevos símbolos, una paleta de colores cargados de significados que nos identifica y hermana por todo el orbe.

Las narrativas gráficas feministas tienen una agenda muy clara y es representar la gran diversidad de las mujeres. Es por ello que las mujeres han necesitado dibujarse, mostrar sus cuerpos como realmente son, con expresiones de cómo son en cada contexto. Buscan no sólo mostrar las mujeres que somos y las circunstancias de violencia en las que nos encontramos, sino además en las que nos estamos convirtiendo y las que queremos ser: mujeres libres, sonrientes, de diferentes formas en nuestros cuerpos, divertidas, en muchos y diversos roles sociales y productivos.

Símbolo del movimiento feminista. (Créditos: Martha Barragán MAR)

La ola de violencia en todo el mundo nos ha obligado a tener nuestro arsenal de símbolos de lucha listos para combatir el patriarcado. Nuestros colores de guerra contra sus violentos ataques están listos para que reconozcan el puño de lucha dentro del símbolo de mujer de color magenta, porque queremos que nos vean como guerreras en lucha por la conquista de nuestros derechos humanos. En el mundo también hay olas verdes: los pañuelos verdes representan el derecho a decidir sobre los cuerpos. Cada que una iniciativa de ley avanza en la votación, en los congresos del mundo, el apoyo en verde se hace presente en todos los espacios feministas y la ola verde se mueve por todo el mapamundi conforme avanzan las leyes.

Todavía nos faltan símbolos que representen todas nuestras luchas, nuestros avances, las mujeres empoderadas que queremos ser; y me queda claro que además serán símbolos muy diversos como diversos son los feminismos, por las condiciones que atraviesan de manera diferenciada las mujeres del mundo, pero seguirán surgiendo y apropiándose del discurso gráfico y cargando de nuevos símbolos lo que significa ser mujer.

Buscamos y seguiremos buscando derribar al patriarcado y colocar nuestra bandera feminista por la igualdad en derechos y oportunidades de desarrollo hasta que la dignidad se haga costumbre. Queremos un mundo de oportunidades para todas y todos, somos constructoras de paz.

PAL

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