Cúpula

Cantar al paraíso: Maribel Portela

Con materiales como papel, madera, piedra basáltica y bronce, la artista creó símiles de flores y hojas, inspiradas por la suculenta flora del desierto

Cantar al paraíso: Maribel Portela
Museo Universitario del Chopo. (Foto cortesía: José Manuel Springer) Foto: Cortesía

“Mi cantar viene de flores y piedras, dicha y rocío”. .Canción popular huasteca.

La exposición Orgánico Artificial pasará a la historia como una de las grandes muestras de Maribel Portela, una de las escultoras más refinadas y maduras del medio artístico contemporáneo, perteneciente a una generación que creció con la cerámica y que con el tiempo se decantó por materiales efímeros.

En medio de la pandemia, Portela se dio a la laboriosa y delicada tarea de crear símiles de flores y hojas, inspiradas por la suculenta flora del desierto. Con materiales como papel y madera, piedra basáltica y bronce, la artista se concentró dos años en crear una piel para arropar a la Tierra. Se trata de esculturas cuya existencia consiste en revelar interiores (cubriendo exteriores), en una embriagante recreación de visiones y caricias. 

Maribel creó la mayoría de esta obra bajo el principio de lo efímero, porque los ciclos de la vida son eso, una secuencia de cambios donde la materia viva demuestra su inestabilidad. Qué mejor designación que lo efímero para definir ese modo de hacer las cosas tan suyo; lo fugitivo, aquello que surge nos envuelve y desaparece. Este modo de copiar la naturaleza reproduce la sensibilidad que ya tenían los primeros seres humanos hacia las formas naturales, que se revela en el diseño orgánico de los primeros objetos creados a partir de la forma que poseen los cuerpos diseñados por la naturaleza. El mérito artístico consiste en el equilibrio que nunca pude imaginar existiría entre lo orgánico y lo artificial. 

MARIBEL PORTELA. Tallo. Exposición “Orgánico Artificial” de Maribel Portela. Museo Universitario del Chopo. (Foto cortesía: José Manuel Springer)

La curaduría permite ver el proceso por el cual la artista inicia dibujando a tinta sobre páginas de papel impresas (Enredadera roja, 2018; Polen, 2017) arrancadas del diccionario con los nombres de cada de una de las plantas que componen el microcosmos femenino de la artista. Tiras dibujadas de formas que fluyen entre una y otra especie, como la coloquíntida y la colleja, van a evolucionar en objetos y convertirse en instalaciones. La exposición podría contemplarse como la evolución del museo de historia natural, por el conjunto de variedades de formas desplegadas en su acervo. Algunas de esas instalaciones a veces se convierten en bellas prendas (Maribel posee de sobra el talento para el diseño de vestuario) como faldas o prendas de lencería, producto de la imaginación más desbordada, reuniendo bulbos, cálices lúbricos, pistilos danzantes y seductores algas en movimiento expansivo. Estos elementos forman parte del estilo muy distinguible de Maribel Portela de trabajar desde una perspectiva poético-simbólica.

OBRA. Exposición “Orgánico Artificial” de Maribel Portela. Museo Universitario del Chopo.  (Foto cortesía: José Manuel Springer)

El conjunto de la segunda sala representa dos jardines, uno de ellos de plantas xerófitas y suculentas, carnosas estructuras que almacenan agua, producen semillas y reinician su ciclo de vida. Enmarcados por paredes rojas, estos jardines sugieren una sinfonía de formas biológicas representando el principio femenino de la vida. Al fondo, cuelga de la pared Al muro (2021), un apabullante telón oscuro elaborado con papel teñido.

La tercera sala abre con dos paraísos que surgen de la botánica de plantas como el albaricoque, el chirimoyo y la colleja, originarias de América. Nuevamente, nos recibe un jardín de tallos alargados en barro, que culminan en una apertura folicular, flores marinas diríase, frecuentes en el trabajo de Portela de años atrás, con la misma espontaneidad de su primera creación.

Prótalo (2021) es una estructura de papel blanco en forma piramidal, que cierra y abre sobre sí misma. La estructura muestra la ingeniería necesaria para lograr que el objeto opere como una sombrilla blanca, suave y delicada, manufacturada con placas de papel recortadas a la medida. Prótalo es una lámina minúscula que resulta de la germinación de esporas de helechos. La laminilla absorbe agua por todo su cuerpo mediante evaginaciones alargadas del talo, que funcionan como raíces. La descripción ofrece una imagen de lo que esta representa esta asombrosa escultura.

Delicada, etérea a veces, dinámica y contundente en otras, Maribel Portela ha logrado acercar al público a la experiencia de la fusión entre naturaleza y arte. La obra resulta la propuesta actual más visible enfocada en fomentar el amor a la diversidad en todas sus expresiones.

La sensualidad de todas las formas de especies de flores es el recurso que desde hace algunos lustros ha explorado en su obra Maribel Portela. Digno de hacer notar es que, a pesar de esa lealtad con la búsqueda de una poética de la forma femenina a través de su presencia en el mundo natural, Maribel Portela no hace política ni desea serlo.

La obra impacta por la combinación de materiales suaves, maleables, como el papel japonés. La forma de arrugarlo y alisarlo, darle una textura y una forma, acomodar todo delicadamente con capas de papeles recortados, para darle un sentido de finas escamas, hasta conseguir un encaje de ribetes, superficies ondulantes, movimientos que friccionan y engendran secuencias progresivas de pasión y hondura.

Durante este periodo de encierro y reflexión, Maribel Portela creó pacientemente visiones del paraíso, del cuerpo y de los procesos sustantivos de la vida. El conjunto de sus esculturas y dibujos, nos hace posible reconocer la plétora de signos femeninos en nuestro entorno natural. Pese a la digitalización del mundo, no hemos perdido aún la capacidad de amar a la naturaleza, la creación, la pasión y la vida.

Por José Manuel Springer

PAL

Temas