Cúpula

Un sueño de unidad, sin temor a fusionar

“Tírale pa’ ca, esto es salsa y trap. Con un flow de mambo, sureño como el tango. Con un sueño de unidad, sin temor a fusionar. Blasting in África, tú pones el lugar”

Un sueño de unidad, sin temor a fusionar
DERECHA. Grupo, Flare. Diseño Mictlart (Gerardo Tirado Sánchez). Cortesía: Horacio Fernández. Foto: Cortesía: Horacio Fernández.

Así dice Marcelo Trisano en el segundo verso de Flare, un trap latino con influencias de bachata, salsa, merengue y con flow afroamericano proporcionado por el rapero estadounidense Swell Mclovin, quien es un guardia de seguridad de la Juilliard School, institución en donde estudio mi licenciatura en composición musical.  A pesar de ser una canción innovadora por su uso libre de percusión latina de distintos géneros y un solo de trompeta que perfora el alma, su existencia es inevitable en un mundo en donde los límites del estilo y género se desvanecen. La influencia de la música africana en la música latina se siente en los ritmos sincopados del son cubano, las armonías de jazz en el bossa nova y en los instrumentos que se usan en la cumbia colombiana. Más adelante, el hip-hop y el rap que se desarrolla en Estados Unidos llega al género latino más importante de los últimos años; el reggaetón, dándole la vuelta al mundo.

Flare será mi primer sencillo como compositor y productor de música popular y era de suma importancia para mí —un compositor mexicano viviendo en Nueva York—, escribir una canción que hablara sobre esta unidad entre culturas, cuya música, a pesar de ser minorías en un país con tantos problemas de racismo, hace bailar a todo el mundo.

A la hora de buscar una identidad visual para el video musical, me encontré con el fabuloso artista gráfico llamado Mictlart, cuya obra se nutre de la cosmovisión e influencia de la cultura mexicana, huasteca y popular. Sus divertidas ilustraciones retratan aspectos cotidianos o mágicos de la vida diaria, a través de las máscaras, calaveras y diablitos. El resultado será un verdadero “revoltijo” de colores, influencias y fuego latino.

La historia del origen de la canción es bastante colorida y la explicaré para que se entienda de dónde viene el “hook” (coro o estribillo). Primero hay que entender que soy un compositor eficiente (por no decir “flojo”), constantemente reciclo mis melodías o ideas para crear nueva música si es que siento que no llevé mis temas a su máxima expresión. La melodía principal de Flare viene de una pieza que compuse para un programa llamado Choreocomp (choreographers and composers) en Juilliard.

En este programa, cinco compositores y coreógrafos se unen para crear música y baile original. Cada pareja tiene que crear una obra de menos de diez minutos con cuatro bailarines. Originalmente compuse una pieza llamada “It’s a trap”, tema clásico sin letra con influencias de salsa y trap. El título me pareció chistoso ya que era un juego de palabras, hacía referencia a un meme y tengo un pésimo sentido del humor. Al discutirlo con Ellexis Hatch, la coreógrafa, se rehusó rotundamente a que su obra llevara ese título. Decepcionado acepté cambiarlo siempre y cuando se le ocurriera un título mejor, lo cual no era tan difícil. Inicialmente llegó con el título “Mosaico”, lo cual me pareció decente pero bastante obvio, así que lo rechacé al instante. Además, no me parecía lo suficientemente descriptivo. Después de varios intentos fallidos hubo un lapso en el que no escuché nada de ella y pensé que tendríamos que aceptar nuestro destino de tener buena música con un pésimo título. Pero una noche, a las dos de la mañana, Ellexis  me llamó por teléfono y me dijo: “ya tengo el título perfecto. Quiero que se titule Flare”. Me quedé atónito: es la única vez en mi vida en que el título perfecto ha llegado a mí de esa manera y  lo supe al instante.

IZQUIERDA. Horacio, Flare. Diseño Mictlart (Gerardo Tirado Sánchez). Cortesía: Horacio Fernández.

Solo alcancé a decir “Yes, that’s it” y le colgué. Al buscar la definición exacta en inglés, todo cobró sentido (un repentino y breve estallido de llama o luz brillante). Fue en ese momento que la frase “we got that flare” entró a mi cabeza y sabía que no podría sacarla hasta que grabara una canción. Poco después, un guardia de seguridad llamado Omari Matthews se me  acercó en Juilliard y me dijo: “hermano, he escuchado tu música y me ha gustado mucho. Yo hago rap de pasatiempo, envíame un beat y hagamos una canción”. Su nombre artístico es Swell Mclovin y después de escuchar un poco de su música, supe que era la persona indicada para hacer la canción. Le escribí unas ideas y entramos al estudio de grabación y después de 45 minutos grabamos sus dos versos de Flare y decenas de adlibs, que más tarde organicé para que tuvieran coherencia.

Swell compartió su talento y tremendo flow con Trisano (el rapero hispano) y conmigo, dando como resultado una colaboración cultural de la que todos estamos muy satisfechos. Bajo las tremendas notas agudas cortesía de Bryan Davis, estamos seguros de que Flare arderá en el corazón de varios hermanos latinos y africanos.

We got that flare!

Por Horacio Fernández

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