CENTRO DE ACOPIO DE LA CALLE MICHOACÁN

La zona cero de la esperanza: El centro de acopio para damnificados del fraccionamiento México

Dentro de la parroquia Soledad de María está el centro de acopio para los damnificados de la explosión del Fraccionamiento México

AGUASCALIENTES

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Centro de acopio de la calle Michoacán.Créditos: Especial

A unos metros, no muy lejos de donde el cielo se enrojeció y las llamas corrían como río, dentro del mismo fraccionamiento México, se encuentra otra zona cero. Está la zona cero de la esperanza, la zona cero del renacimiento. Es el centro de acopio de la calle Michoacán dentro de la parroquia Soledad de María para los damnificados de la explosión, que dejó sin casa a casi 300 familias; a algunos temporalmente, la mayoría, a otros cuantos de manera permanente.

En este centro se encuentra de todo, desde un par de zapatos, hasta juguetes nuevos de buena calidad para los niños damnificados, pasando por comida para perros y gatos y medicinas para ellos y sus dueños.

Fabián, uno de los tantos voluntarios que dedican sus jornadas al centro de acopio toma lista, no cualquiera puede llegar al centro a surtirse de lo necesario. Hay que identificarse con un gafete que previamente se le entregó a los afectados de la calle Chihuahua, la más devastada por la tragedia de la que ya se ha hablado bastante; una pipa que por querer ganarle el paso al tren provocó una explosión de magnitudes pocas veces vistas en Aguascalientes, una ciudad que por suerte está poco acostumbrada a los infortunios.

Es cuestión de estar en el lugar para darse cuenta que las personas no dejan de llegar, lo que cabe resaltar es que en son más quienes arriban para dejar algún apoyo que los afectados que se apersonan para recoger las ayudas.

La gente llega con artículos de todo tipo, zapatos, comida, artículos de higiene y demás; lo que sobra es ropa que se apila en montañas y montañas; de hecho esta ya no es recibida porque lo que ahora falta son manos que puedan separarla en de para hombre y mujer, edades, tallas y cualquier otra característica.

El padre José Padilla es el gran artífice de la operación; no solo es poner a disposición el espacio de la iglesia; es también coordinar la plantilla de voluntarios, la llegada y el acomodo de apoyos, el registro de los damnificados y claro, la rendición de cuentas sobre todo lo que se ha recibido y entregado. El religioso es el primero en reconocer el doble milagro; el saldo de 0 muertos por la explosión y la gran respuesta de los aguascalentenses al llamado de ayuda para quienes prácticamente lo perdieron todo.

Verónica es una de las pocas afectadas que durante esta mañana se dan cita al centro de acopio; ella viene porque dice que hoy finalmente podrá regresar a su casa de la calle Chihuahua. Su vivienda solo sufrió daños menores y ahora se prepara para volver, eso sí, con algunos artículos de limpieza que necesita para comenzar a limpiar un poco del tan inesperado desastre.

A lo lejos, un joven con mucha energía separa ropa, lleva y trae cajas, acomoda comida, en fin ayuda en todo. Su gafete lo identifica como Ernesto y en el Centro de Acopio cumple doble función; es voluntario pero al mismo tiempo afectado. Su casa, dice, no quedó tan mal por la explosión, para las de sus familiares… de esas ni hablar.

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