La aprobación de la contra reforma energética resultará en electricidad más cara y contaminante, advirtió Carlos Serrano, economista en Jefe de BBVA México.
Ello, dijo, porque se privilegian fuentes de electricidad que son más caras y contaminantes como el uso del combustóleo y las hidroeléctricas que, si bien, son menos contaminantes por la emisión de metano, pero estructuralmente no debe apostarse a esta opción por la escases de agua.
México debería aportar por las energías renovables, como eólicas y solares por tener abundancias en estos recursos, destacó durante la presentación de su informe “Situación México 1T2022”.
Así que “mayor costo de electricidad, pues eso genera presiones para todo tipo de inversiones y mayor incertidumbre. (…) Privilegiar la electricidad más contaminante y más cara representa una regresión muy importante”, manifestó.
A su vez, señaló, esto llevará que a hacer más difícil que México cumpla con sus compromisos en materia ambiental.
Además contiene un transitorio en el que se cancelan contratos y permisos ya otorgado, lo que es muy dañino tanto al clima de confianza del sector financiero porque instituciones financieras que otorgan financiamiento a empresas que ya tenían un contrato pueden percibir que los contratos pueden cancelarse en cualquier momento.
Para los inversionistas, pues al percibir que un país puede unilateralmente cancelar contratos pues esto crea incertidumbre, pues esta práctica de cancelación, una vez que ya están las reglas del juego es “muy dañina en términos de la incertidumbre”, agregó.
Y una mayor disminución de inversiones llevaría a menores tasas de crecimiento económico, derivado de la incertidumbre que generan ciertos apartados de la reforma, como es la cancelación de todos los permisos y concesiones otorgadas con anterioridad.
De hecho, la adquisición de Deer Park pone en contexto la decisión de construir una nueva refinería o actualizar las existentes. Con Der Pack, ahora se pagó 600 millones de dólares, por el 50 por ciento que no se tenía, y por una refinería similar se podría pagar mil 200 millones de dólares.
Así que para ponerlo en contexto, Dos Bocas podría costar alrededor de 12 mil millones de dólares y ambas refinerías van a tener más o menos la misma producción de barriles al día.
De ahí, dijo, pareciera ser una mejor importar las gasolinas que apostar a la refinación en el país, que es una actividad en la se pierde mucho dinero, como los más de 100 mil millones de pesos al año que pierde Pemex, en un país con limitaciones fiscales por lo que creemos que no es la mejor apuesta.
Sobre el concepto de soberanía energética, consideremos que pudiera tener fundamentos legítimos pero se puede resolver, primero, construyendo capacidad de almacenamiento, lo que permitiría importar gasolinas y tener reservas para varios días.
Segundo, la gasolina es algo distinto al gas natural, como el problema que esta experimentando Europa por Rusia, pues eso se traslada a través de ductos donde suele a ver monopolios, en la gasolina, si en algún momento hubiera un problema en importarla de Estados Unidos, donde es más barato, es más fácilmente adquirirla y traerla en busque de otros lados del mundo, comentó.
Entonces, refirió, económicamente dado los costos de construir una refinería o modernizar las existentes, aportar a la refinación no es una buena política económica.
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