PIENSA JOVEN

El Planeta y su irresponsable inquilino

La Tierra está al límite y urge un cambio colectivo liderado por empresas y gobiernos para frenar la crisis ambiental. Por lo tanto, la sostenibilidad debe ser la norma, no la excepción, si queremos un futuro habitable para las próximas generaciones.

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La Tierra clama por un cambio: fenómenos climáticos extremos son un llamado de atención.
La Tierra clama por un cambio: fenómenos climáticos extremos son un llamado de atención.Créditos: Freepik

Por Alberto Piña Landy

El planeta está enfermo. A pesar de considerarnos la especie más relevante, la verdad es que somos solo una entre millones que han existido, que existen y que existirán. Lo mínimo que deberíamos hacer es cuidar este espacio que amablemente se nos ha prestado. Sin embargo, hemos olvidado esa responsabilidad, compromiso y sobre todo la cortesía hacia el verdadero dueño.

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La Tierra nos habla constantemente, aunque a menudo no escuchamos o, más bien, estamos negados a hacerlo. El calentamiento global, los desastres naturales, ciclones, sequías, incendios forestales, temblores y los cambios constantes de comportamiento climático son pruebas claras de que hemos llegado a un punto crítico. Estos fenómenos son reacciones del planeta ante nuestra explotación y falta de respeto hacia su naturaleza. Cada acción que tomamos tiene un impacto.

A pesar de nuestros esfuerzos individuales; reducir la huella de carbono, reciclar, hacer un buen uso del agua en nuestros hogares. La realidad es que estos cambios no son suficientes. La magnitud de los problemas que enfrentamos puede resultar desalentadora, pero es crucial reconocer que la verdadera transformación debe ser colectiva. Cada pequeño esfuerzo cuenta, pero necesitamos entender que, para que esos esfuerzos se traduzcan en cambios significativos y reales, debe haber un compromiso por parte de aquellos que ocupan posiciones de influencia y toma de decisión.

Acción colectiva: gobiernos y ciudadanos deben unirse para sanar el planeta.
Créditos: Freepik

De acuerdo a una publicación en internet de panda.org, Industria Sostenible para el cambio climático: “Hace un par de décadas, solo unas cuantas empresas buscaban establecer políticas y prácticas de sostenibilidad. El cambio climático representa una amenaza para la productividad de sus negocios: más del 90% de las empresas que componen el índice bursátil S&P 100, el cual agrupa a las 100 compañías más grandes que cotizan en bolsa en los Estados Unidos, reconocen que dicho fenómeno es uno de los mayores riesgos para su negocio. Los eventos climáticos extremos como la sequía, las lluvias fuertes, la erosión costera, el aumento en el nivel del mar, los incendios, entre otros, pueden impactar severamente sus cadenas de suministro, su producción y sus ventas.”

Es importante reconocer y felicitar a los líderes empresariales y políticos que ya están implementando buenas iniciativas y prácticas a favor de la sostenibilidad. Su compromiso y seriedad son un paso positivo. Sin embargo, aún falta más, principalmente de aquellos que no se han vinculado de manera real con el tema.

A aquellos líderes que aún no se han sumado a esta causa, no deberían esperar nada a cambio, excepto el deber de corregir las malas prácticas y decisiones que han llevado a nuestro planeta a un estado de enfermedad y agotamiento. La Tierra clama por un cambio. La única expectativa que debemos tener es la de sanar el planeta y construir un futuro en el que la sostenibilidad sea la norma, no la excepción.

Los líderes en el ámbito empresarial y gubernamental tienen el verdadero poder significativo, tienen la voz, la toma de decisión y los medios. Con este poder viene una inmensa responsabilidad. Los cambios significativos realmente provienen del ejemplo y de las buenas prácticas, lo que a menudo se traduce en un enfoque de arriba hacia abajo. Por eso, son estos agentes de cambio quienes tienen en sus manos el verdadero impacto. Deben mirar más allá de los intereses lucrativos y del cuidado de intereses personales, y actuar con una perspectiva más humana y empática hacia el verdadero propietario de nuestro hogar: el planeta.

La sostenibilidad no es solo una opción; es una necesidad actual. La crisis ambiental exige que actúen con ética y principios. Deben dejar de lado el miedo a perder beneficios a corto plazo y, en su lugar, adoptar una visión a largo plazo que valore la salud del planeta por encima de cualquier otro aspecto. Las decisiones que tomen hoy no sólo impactarán el entorno en el que participan, sino que también afectarán la calidad de vida de futuras generaciones, incluyendo a sus propias familias.

Las empresas deben ser pioneras en sustentabilidad. Esto significa no solo implementar prácticas responsables, sino también educar y motivar a sus colaboradores y a la comunidad sobre la importancia de cuidar nuestro entorno. Invertir en energías renovables, desarrollar productos sostenibles y adoptar políticas que reduzcan la contaminación son pasos que demuestran un compromiso genuino.

Los gobiernos, por su parte, deben ser un ejemplo a seguir. No pueden permitir que el lucro privado supere el bienestar común. Necesitamos políticas que verdaderamente penalicen la degradación ambiental y que incentiven la innovación en tecnologías limpias. Los líderes políticos deben establecer regulaciones que prioricen el bienestar del planeta de una manera clara, concisa y transparente.

Es imperativo que los líderes empresariales y políticos adopten un cambio de paradigma que valore la sostenibilidad no como una carga, sino como una oportunidad. Al hacerlo, generan un legado duradero que inspire a sus futuros sucesores a seguir su ejemplo. Esto implica invertir en educación ambiental y en la capacitación de la fuerza laboral para adaptarse a un futuro más verde.

Los líderes deben reconocer que ser más humanos en sus decisiones significa actuar con empatía hacia el entorno. Deben escuchar a la comunidad científica y a las voces de aquellos que luchan por un futuro más sustentable y sostenible, principalmente los jóvenes. La colaboración entre el sector privado y el público es esencial; juntos deben crear soluciones innovadoras que enfrenten los presentes retos ambientales con seriedad y efectividad.

Los jóvenes de hoy tenemos el poder de influir en nuestras comunidades. Esto significa no solo informarnos o participar en debates, sino también involucrarnos de manera directa en iniciativas y exigir a nuestros representantes populares que prioricen el medio ambiente. No necesitamos que simplemente nos escuchen; deben realmente tomarnos en cuenta y que nuestra voz sea atendida, mas no escuchada únicamente. nuestra voz es crucial en esta situación. No se trata solo de cambiar hábitos personales; se trata de exigir un cambio sistémico que garantice un futuro sustentable y sostenible para todos. y tratar con el verdadero respeto que merece nuestro planeta.

XG