No es un secreto para nadie que el rock argentino es uno de los grandes pilares en la industria de la música Latinoamericana, pues además de ser innovador con los sonidos que se incorporan también fue un medio para que las y los cantantes denunciaran las injusticias sociales sin ser reprendidos por ello. Entre los muchos exponentes que existen se encuentra Fito Páez, quien desde muy pequeño se convirtió en observador del entorno que lo rodeaba, dando como resultado canciones poéticas y que reflejaban esa realidad.
Fito Páez nació en Rosario, Argentina, en 1963, y a mediados de los 80 se mudó a Buenos Aires, lugar que fue el escenario de una compleja realidad social que no pasó desapercibida para el músico. Y es que los 90, particularmente, fueron una década convulsa para Argentina, marcada por una fuerte crisis económica, altos índices de pobreza y un crecimiento alarmante de las personas en situación de calle, quienes no solo se veían excluidas del sistema económico, sino también del tejido social, ignoradas por la mayoría de las y los ciudadanos.
Es así como en la vasta obra de Fito Páez hay canciones que resuenan como himnos generacionales, otras que rozan lo poético y muchas que se convierten en reflexiones profundas sobre la condición humana. Entre ellas, "11 y 6", lanzada en 1985 como parte de su álbum "Giros", pues este tema ocupa un lugar privilegiado no sólo por su calidad musical, sino por la historia que encierra: una visión cruda y conmovedora de la vida a través de la piel de las personas en situación de calle en Buenos Aires.
¿De qué trata "11 y 6" de Fito Páez?
Aunque en un inicio "11 y 6" podría ser un relato de amor perdido y desesperanza, en realidad aborda las realidades de quienes viven al margen de la sociedad, luchando contra la indiferencia y la violencia de un entorno urbano que los ha despojado de sus derechos básicos. Por ello, "11 y 6" es mucho más que una simple composición sobre el amor, es un poema urbano que revela la sensibilidad de un artista comprometido con la realidad social, un reflejo del dolor y la lucha por sobrevivir, por encontrar un propósito en un mundo que parece haber olvidado a las personas más vulnerables.
De esta forma, “11 y 6” nace de un encuentro fortuito que Fito Páez tuvo una madrugada en Buenos Aires, cuando, tras una noche de conciertos y fiesta, caminaba por las calles de la ciudad. A esa hora en que los bares empiezan a vaciarse y la ciudad parece adormecerse bajo una capa de frío, Fito se encontró con la devastación de una enorme Argentina que le dio la espalda a las personas en situación de calle.
Es así como la canción relata la historia de dos jóvenes en situación de calle en Buenos Aires, específicamente en la intersección de las calles Corrientes y Montevideo, donde se encuentra el emblemático "Café La Paz". La letra describe cómo estos jóvenes, a pesar de las adversidades, encuentran consuelo y amor en su relación; por otra parte, la referencia al título "11 y 6" ha sido interpretada como una alusión a las edades de los protagonistas, aunque Fito Páez ha mencionado que el significado exacto del título es un "secreto".
Los chicos en condición de calle en ciudad siempre han sido muchos, entonces, por eso la canción, dijo Fito Páez en una entrevista para Radio Oasis de Perú.
Cinco años después de "11 y 6", Fito Páez continuó la narrativa de los protagonistas en la canción "El chico de la tapa", incluida en el álbum "Tercer Mundo" de 1990. En esta secuela, se describe cómo el joven, que anteriormente vendía rosas en Corrientes, se ve envuelto en actividades delictivas y pierde a su amada en circunstancias trágicas, ofreciendo una visión más sombría de la realidad social y económica de Argentina en ese periodo.
Fotografía: Instagram/@fitopaezmusica/ @mezzutt
La Argentina como protagonista y la visibilización de las situaciones vulnerables
Además de los personajes que se encuentran en situación de calle, Buenos Aires también toma protagonismo en la canción ya que la ciudad no es solo el lugar donde transcurre la historia, sino que se convierte en un ser tangible que se manifiesta en cada esquina, en cada callejón, en cada rastro de los seres olvidados. Es una metrópoli cruel, con su ruido constante, pero también silenciosa en su indiferencia.
La referencia a los lugares concretos de la ciudad, como las estaciones de tren y los barrios populares, sitúan la canción en un contexto muy específico, lo que la convierte en un retrato fiel de la capital argentina durante una época de profunda desigualdad. Por ello, desde su lanzamiento "11 y 6" se convirtió en una de las canciones más representativas de la carrera de Fito Páez, pues su capacidad para combinar poesía con denuncia social le permitió trascender el ámbito musical y entrar en el terreno del comentario social y político, y es que la canción no solo habla de la pobreza, sino también de la deshumanización que sufren quienes son empujados al olvido.
En el contexto de la época, los años 90 en Argentina fueron un periodo especialmente difícil ya que la economía del país sufriría un colapso que arrastraba a millones de argentinos a la pobreza extrema y la visibilidad de las personas en situación de calle dentro de las grandes ciudades era abrumadora. La canción no solo se mantuvo vigente durante ese tiempo, sino que, con el paso de los años, se ha seguido escuchando como una crítica a las estructuras sociales que permiten la marginación de ciertos sectores de la población.
Fotografía: Instagram/@fitopaezmusica/@andieborie
"11 y 6" no solo tiene un mensaje potente sobre las personas sin hogar, sino también sobre el olvido, la apatía y la falta de empatía que caracteriza a las sociedades urbanas. En este sentido, Fito Páez logró captar una sensibilidad urbana que aún resuena con fuerza en la actualidad y cuya vigencia no parece perderse con el tiempo.
Sigue leyendo: