La vida de Remedios Varo fue "surrealista", así lo deja ver el director de cine Tufic Makhlouf en el documental "Misterios y Revelaciones" basado en la pintora española quien a lo largo de sus 55 años de edad experimentó toda clase de vivencias que quedaron plasmadas en sus cuadros, hoy considerados una joya por conocedores de arte y coleccionistas.
En el documental, recientemente proyectado en la Cineteca Nacional se dan detalles de la vida y obra de la pintora nacida el 16 de diciembre de 1908, Anglés, España, se deja ver que desde niña dedicó horas a su vocación artística, que se vieron reflejadas en una maestría en el dibujo que plasmó no sólo en sus pinturas, sino que usó para falsificar a Giorgio de Chirico.

Falsificó por dinero y diversión
Remedios Varo se codeaba con los grandes artistas de la época, tuvo la fortuna de coincidir con el círculo surrealista y fue una mujer elogiada por André Breton, y fue precisamente en el círculo surrealista donde conoció a Max Ernst, Victor Brauner, Joan Miró, Wolfgang Paalen y Leonora Carrington, con quien se uniría en México años más tarde y formarían una entrañable amistad.
Era reconocida por su gran habilidad para dibujar, por ello en épocas duras, (pues le tocó vivir dos guerras en Europa) se ingenió para ganar dinero a base de la falsificación de pinturas, su elegido fue Giorgio de Chirico, con quien compartía el gusto por la metafísica y por lo que no se hizo extraño que reprodujera con maestría las obras de italiano.

La historiadora, Teresa del Conde, escribe en un texto titulado "El Arte de la falsificación" que Giorgio de Chirico admitió el trabajo de Remedios y lo firmó como suyo, debido a la gran calidad con la que ejecutó la falsificación. Lo que deja claro que la técnica de Varo la hizo una artista.
“No es fácil vivir de la pintura en París. Tuve muchas especialidades, entre ellas fui locutora. Traducía conferencias para latinoamericanos”, explicaba Varo en una entrevista de 1960.
Fue en París donde Remedios y Oscar Domínguez, para sobrevivir durante la Segunda Guerra Mundial, se dedican a falsificar cuadros de Chirico y aunque no fueron obras fáciles de identificar como falsas no obtuvieron grandes ganancias por su detallado trabajo y hay que destacar que tampoco fueron sorprendidos por algún experto de la época que clasificara las obras como una copia.
En el documental de Makhlouf se dice que los momentos de diversión no faltaron durante el tiempo que ambos artistas se dedicaron a falsificar las obras.

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