Richard Huckle, catalogado como el peor pedófilo de la historia en Reino Unido, murió lentamente en su celda el 13 de octubre de 2019. Su castigador, Paul Fitzgerald, fue otro criminal quien también era pedófilo y fue encarcelado en 2009. Ambos compartieron el encierro en una prisión cercana a la ciudad de Pocklington.
Autoridades británicas comprobaron que Huckle violó a 191 niños, de entre 6 meses y 12 años, por varias décadas que estuvo libre y trabajando como voluntario en orfanatos de Malasia y Camboya, y fue condenado en 2016 a cumplir 22 cadenas perpetuas por sus brutales crímenes. Dentro de la prisión le tocó convivir con Fitzgerald, quien en entrevista con médicos especializados en trastornos mentales de la institución, confesó que una vez que mató a Richard iba a cocinar sus restos y así buscar una “justicia poética” por sus delitos.
Fitzgerald confesó que "se divirtió mucho" matando a Richard
El archivo de la cárcel detalla que Paul Fitzgerald violó a Richard Huckle usando un utensilio de cocina, le metió un bolígrafo en la nariz hasta llegarle al cerebro y lo estranguló con un cable eléctrico dentro de su celda. Además, al momento de la autopista, Huckle presentó signos de golpes en la cara, los riñones y una herida de cuchillo en el cuello.
El momento macabro del asesinato fue cuando los custodios hallaron a Fitzgerald a un lado del cuerpo de Richard aparentemente susurrándole al oído. "Creo que lo maté, está muerto", dijo Fitzgerald a los vigilantes. La autopsia indicó que Huckle murió por estrangulamiento.
Un día después del asesinato, Fitzgerald admitió ante un especialista en salud mental que quería no solo matar a Huckle, sino cocinar sus restos. Además, dijo que planeaba asesinar a dos o tres personas y que "se divirtió mucho" durante el ataque que perpetró.
El castigador Paul Fitzgerald fue condenado a 34 años de prisión.
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