Tras un año de confinamiento por la pandemia de Covid-19, alrededor de mil niñas volvieron a clases a las escuelas de Uganda, pero con algo diferente: volvieron embarazadas.
El hecho generó un gran descontento y también impresionó en sobremanera pues esto es un reflejo de la violencia de género en el país, de manera que las niñas viven casos de violencia sexual, violaciones, vejaciones y abusos dentro de sus hogares.
Se estima que el 48 por ciento de las niñas en Uganda se casan antes de cumplir los 18 años de edad, pues son tradicionalmente obligadas a casarse desde muy pequeñas. Y en los sectores rurales, el embarazo con mujeres jóvenes es más común de lo que parece, pues el porcentaje es de 27 por ciento.
Y estos meses de encierro solo afectaron más la situación de las féminas, pues muchas de ellas resultaron embarazadas por violaciones sucedidas en sus hogares, por familiares directos. Otras más fueron víctimas de abuso en los domicilios en los que acudían para trabajar y apoyar así a sus familias.
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