El cine es algo que podemos disfrutar hoy en día con más facilidad y soltura, aunque los efectos cada vez son más elaborados y no dejan de sorprender al espectador, todo comenzó de manera muy diferente en México durante el gobierno de Porfirio Díaz.
Los hermanos Louis y Auguste Lumière disfrutaban de gran fama gracias a su invento, algo que llegó a otras partes del mundo rápidamente, pero no así en México donde todavía no captaba la atención de los periodista y el gobierno, por lo que decidieron hacer algo para solucionarlo.
Los hermanos de origen francés enviaron representantes a México, Bernard y Gabriel Vayre, quieres se encargaron de mostrar todas las ventajas que ofrecía el invento de los Lumière a Porfirio Díaz, quien disfrutó de la primera función el 6 de agosto de 1896 en compañía de un grupo selecto de personas, entre las que se encontraban periodistas, intelectuales y miembros de su gabinete en el Castillo de Chapultepec.
Tan sólo diez días después de la función privada a Porfirio Díaz, se realizó la primera de manera pública al interior de la Droguería Plateros, ubicada en el número 9 de la calle Plateros, así lo explica Aurelio de los Reyes García Rojas, historiador e investigador especializado en la historia del cine en México.
La función tuvo un costo de 50 centavos y entre las películas que se proyectaron estaban “La llegada del tren a la estación de La Ciotat” y “Salida de los obreros de la fábrica”, que habían sido realizadas con el cinematógrafo.
La importancia del cine en México
Aurelio de los Reyes explica en su libro “Los orígenes del cine en México”, la importancia el cine en el país durante el gobierno de Porfirio Díaz, que además provocó conflictos en uno de los sectores de la sociedad que pedían que se hicieron sesiones especiales para evitar el contacto con otro de los sectores.
“Significó un enriquecimiento de las diversiones públicas al haber llegado en un momento en que escaseaban, con serios problemas en la sociedad porque había un elevado índice de alcoholismo y de suicidios ocasionados por el tedio y la monotonía de la vida porfiriana”, explica el historiador.
Indicó que debido a los problemas con ese sector de la sociedad, se realizaron sesiones especiales al doble de precio, lo que dividió al público y surgieron los saloncillos de cine en algunos barrios populares de la ciudad donde disminuyeron los índices de alcoholismo.
Las primeras películas no tenían actores ni directores como tal, pues eran escenas de la vida diaria y mudas, los Lumière comenzaron con proyecciones en ferias y poco a poco preció su popularidad.
En México, Porfirio Díaz autorizó que se realizaran filmaciones en la el país, muchas de ellas protagonizadas por él como la cinta “El presidente Porfirio Díaz paseando a caballo en el Bosque de Chapultepec”, considerada la primera película mexicana.
Con información de la UNAM
cvg