La antigua creencia y práctica de las cabañuelas es bastante común en España y en Latinoamérica, en la cual los primeros 12 días del año, predicen el clima de los 12 meses siguientes. En la tradición más popular de las cabañuelas, el clima de los 12 meses se pronostica con base en los 31 días de enero. En España se llaman témporas.
La cosa está así: Del día 1 al 12 de enero de cada año se cuentan los meses en orden ascendente, es decir, empezando por enero , y del día 13 al día 24 de enero de cada año se cuentan los meses en orden descendente, es decir, empezando por diciembre.
Luego, del día 25 al día 30 de enero de cada año se toman 2 meses, cada día en orden ascendente; por lo tanto, cada mes tiene una duración de 12 horas dentro del día. Los últimos días del mes se dividen en mañana y tarde, y en orden cada uno representa un mes (la mañana del 25 es enero, la tarde del 25 es febrero, la mañana del 26 es marzo y así sucesivamente).
Para las cabañuelas, el día más importante es el 31 de enero, cuando se toman tramos de dos horas, correspondientes a cada mes en orden descendente. Por ejemplo: 0:00 a 1:59 es diciembre, de 2:00 a 3:59 noviembre y así con todos los meses.
Tradición ancestral y de origen judío
Lo extraño de estas predicciones regionales y culturales es el cambio de clima tan repentino que de un día para otro cambia en este mes elegido para las predicciones. No existe una explicación científica que avale este conocimiento ancestral. Sin embargo, cada año se les sigue recordando, por mera tradición.
Probablemente la creencia de la efectividad se debe a que las predicciones son generalmente a un plazo lo bastante largo como para que el público en general las haya olvidado para cuando realmente ha pasado el periodo de la predicción.
Según parece, la palabra cabañuelas proviene de la festividad judía de los Tabernáculos. En un documento de Toledo del año 1020, se menciona que los judíos colgaban cien cabañuelas en su barrio en memoria de los años que pasó el pueblo judío vagando por el desierto del Sinaí. Como en esta festividad judía se realizan ritos referentes a la predicción meteorológica, el término adoptó ese significado en castellano.
Nunca es demasiado
Sin embargo, no sólo se quedaron en el clima. Algunos fanáticos también las extrapolaron a terrenos espirituales y la creencia dice que las emociones, personas y eventos que predominen en los primeros 12 días del año predicen de alguna manera cómo serán los meses correspondientes, mientras que lo que pase del día 13 al 24 y luego del 25 al 30, y el 31, predicen eventos o emociones secundarias en dichos meses, pero esta vez, nuestro consejo de tías aún no conoce esta nueva modalidad. ¿Será cierto?