Conoce a los Ecosexuals, la tendencia a 'tener sexo” con la Tierra

No cabe duda que hay que proteger a la Tierra, pero ¿tendrías “sexo” con ella? Esto es en lo que creen los Ecosexuals, un grupo de personas que comparten una filosofía que fundamentalmente plantea a nuestro planeta no como una “madre”, sino como una ardiente amante con la que sostienen relaciones sexuales. El término 'ecosexual' fue acuñado hace ocho años por los artistas estadounidenses Elizabeth Stephens y Annie Sprinkle del grupo Pony Express, que en 2010 redactaron el llamado 'Manifiesto ecosexual' en el que se explica quiénes son los ecosexuales y sus propósitos. Existen ciertas reglas para ser un ecosexual, por ejemplo, solo puedes tener sexo con la Tierra; también es necesario ser un amante generoso y hacer sentir placer a nuestro planeta. Tampoco se trata solo de placer físico o genital, sino gozando de los estímulos de la naturaleza con los cinco sentidos. "Me interesa el 'ecosex' porque cuando te defines como ecosexual no haces referencia ni a tu identidad de género ni a lo que tienes entre las piernas —no estás diciendo hombre, mujer, trans, ni si eres homo, bi o hetero. Es una identidad que no remite a eso. Por otro lado, te vuelve totalmente autosuficiente. La naturaleza siempre está ahí y te permite tener sexo sin depender de nadie. Además, no te aburres porque cambia según el contexto y la época del año", dijo Elena/Urko, activista de género no binario, en una entrevista con la revista Vice. El movimiento ecosexual ha ido ganando fuerza y seguidores gracias, en gran parte, a la iniciativa del grupo artístico Pony Express llamada 'Ecosexual Bathhouse', organizada un año más desde el 1 hasta el 5 de noviembre en el marco del festival de arte experimental de Sídney (Australia). La tendencia ha vuelto a recuperar cierto protagonismo últimamente gracias a la Ecosexual Bathhouse, una instalación artística promovida por los performersIanSinclair y Loren Kronenmyer. Situada en el jardín botánico Victoria de Melbourne (Australia), el 'baño público' consistía en interactuar sexualmente con los objetos, gemir con ellos, frotarse con margaritas o césped y después limpiarse en una sauna "sin sentirse culpable". Por Redacción El Heraldo de México