Malos modos

Para mejorar las clases masivas de boxeo

Para enfrentar de veras las adicciones y promover el deporte, habría que plantearse la posibilidad de elevar su periodicidad de un día al año a 345

Para mejorar las clases masivas de boxeo
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Bien que el gobierno federal voltee hacia el boxeo, el mejor deporte del mundo y el que, con diferencias, y pese a que no estamos en nuestro mejor momento, más felicidades y más logros mensurables le ha dado y le da a México. Bien que la clase del Zócalo la haya encabezado Julio César Chávez, probablemente el mejor atleta de la historia de este país, y bien que junto a él hayan estado Marco Antonio Barrera y el Pitbull Cruz, entre los campeones nacionales, y Óscar de la Hoya y el Manos de Piedra Durán, entre los de otras geografías. Establecido lo anterior, hay mucho que decir sobre la “clase masiva” del otro día.

Por ejemplo, que, para enfrentar de veras las adicciones y promover el deporte, habría que plantearse la posibilidad de elevar su periodicidad de un día al año a, por decir, 345. También, para respetar la naturaleza de este deporte, que no hay que practicarlo como una clase de zumba o acuaeróbics en seco, para hacer fotos como de tablas gimnásticas onda norcoreana, nada más que hechas con disciplina mexa. 

Probablemente lo ideal, ya que se gastaron una mega lana en traer a esos figurones, imprimir camisetas, llevar acarreados por decenas o cientos con los correspondientes autobuses y —supongo— lonches con su sándwich de queso de puerco y su chocolate del bienestar, sería usar la próxima mega clase, que saldrá también carísima, para detonar una política pública sólida de promoción
del boxeo. 

No sé: reforzar los programas —que sí funcionan— en las cárceles, convocar a los muchos gimnasios del país para echarles una mano y trabajar en conjunto desde los barrios, o convertir en sesiones serias de entrenamiento las clases de educación física, que hoy y desde siempre consisten en 30 niños con obesidad mórbida corriendo con inversión térmica mientras el coach se come una guajolota.

Pero no seamos ambiciosos. Es Morena. Así que limitémonos a hacer propuestas viables. Va la primera: no, nunca, bajo ningún concepto, vuelvan a invitar a los funcionarios públicos a participar de las clases. Porfa. Junto al video del muy buen desmadre que organizó Julio César, carismático y en plena forma, o al hecho de que junto a él estaba De la Hoya, que lo derrotó en su día, quedarán para el recuerdo las secuencias de Rocha Moya tirando golpes al aire con el dinamismo del bailongo en un crucero de jubilados y, peor aun, con la camiseta fajada en los pants —“Run, Forrest, run!”—, las combinaciones del desfondado secretario de Educación, o, en años previos, la foto del de promoción del deporte chilango con una licra marcapaquete y unos guantes
que se le veían igual de naturales que una computadora a un ornitorrinco. 

En serio: no hace falta. De hecho, es contraproducente. Sobre todo, consideren, porfa, que la generación del relevo son los bodoques. ¿De veras quieren ver eso?

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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