La defensa del Bosque de Chapultepec escribió una nueva página histórica: por unanimidad, el Pleno del Congreso de la Ciudad de México restituyó el uso de suelo como área verde al predio de Montes Apalaches 525, en Lomas de Virreyes.
Se trata de casi 5 mil metros cuadrados de una zona natural protegida, la cual, desde julio de 1987, el entonces Departamento del Distrito Federal la declaró así con el propósito de salvaguardar su valor ambiental para los capitalinos.
En 1992, se ratificó en el Diario Oficial de la Federación esa protección, estableciendo esa área como prioritaria para la conservación ecológica.
Sin embargo, a pesar de todos estos antecedentes, un juez quiere pisotear la histórica vocación ambiental del Bosque de Chapultepec.
Es Ulises Oswaldo Rivera González, del juzgado Cuarto de Distrito, quien no solo desestimó el valor ecológico del predio, sino que pretendió obligar al Congreso a autorizar un cambio de uso de suelo a favor de la inmobiliaria Trepi SA, para construir 500 condominios de lujo en plena zona verde.
¿Dónde quedó el interés público? ¿Dónde el respeto a la soberanía popular? Y, ¿dónde el sentido común?
El juez ordenó incluso modificar el Programa Delegacional y amenazó con multas y destituciones a las y los legisladores.
Un acto de presión inaudito. Una extralimitación judicial que raya en lo delictivo.
La propia jefa de Gobierno, Clara Brugada, fue categórica: el juez invadió flagrantemente las atribuciones del Poder Legislativo, única instancia facultada para definir los usos de suelo en la Ciudad de México.
Un mensaje claro contra los intentos de colonizar la ley para ponerla al servicio del Cártel Inmobiliario.
Pero el Congreso resistió. En una sesión con 61 legisladores presentes, la votación se realizó en secreto mediante papeletas depositadas en urna transparente. El resultado: 61 votos a favor de regresarle al bosque lo que siempre fue suyo.
La presidenta de la Mesa Directiva, Martha Ávila, lo resumió así: “Cumplimos el mandato judicial sin traicionar nuestras convicciones. No íbamos a permitir que el bosque dejara de ser patrimonio de la ciudad”.
Montes Apalaches 525 ha sido siempre parte del Bosque de Chapultepec, lo confirma un dictamen de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), pero la inmobiliaria Trepi ha usado todos los recursos legaloides desde principios de siglo para quedarse con este terreno protegido.
El intento no fue aislado. Cuando Felipe de Jesús Gutiérrez estuvo al frente de la extinta SEDUVI -todavía prófugo de la justicia por diversos delitos inmobiliarios- intentó sacar toda la franja donde está este predio del Plan Parcial de Desarrollo Urbano de Lomas de Chapultepec. Su objetivo: facilitar el saqueo inmobiliario.
Todo esto es parte de una estructura mayor: el Cártel Inmobiliario, red de políticos, jueces, magistrados y empresarios desarrolladores desleales que ven a la ciudad como un botín.
Decenas de autoridades han sido cómplices de ese cártel al no defender los intereses vecinales y colocase del lado de los desarrolladores. La inacción también es omisión.
El Bosque de Chapultepec es el pulmón más importante de la ciudad, equivale al 52% de sus áreas verdes y, cuando el cambio climático azota de manera inclemente al mundo, la prioridad inaplazable es preservar las áreas verdes.
Ponderar el interés privado por encima del interés público o guardar silencio cuando se están afectando los intereses de la mayoría, es complicidad por omisión.
El Bosque de Chapultepec es fuente de vida, el pulmón más importante de la Ciudad, el parque urbano más antiguo de América Latina, remanso cultural y recreativo de la enorme metrópoli y patrimonio histórico de la CdMx. No permitamos que le roben ni un metro más.
POR: VÍCTOR HUGO ROMO DE VIVAR GUERRA
@VROMOG
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