Con una emoción que hacía brillar sus ojos, el Arq. Roberto Medellín se dirigió a mi oficina en el segundo nivel del edificio de Argentina 28, sede de la SEP. Yo estaba al cargo de la secretaría particular del titular, el Dr. Ernesto Zedillo.
El arquitecto llegaba todos los días a primera hora. A veces yo me acercaba a saludarlo en su oficina, localizada en la parte baja del edificio contiguo, con planos y equipos de medición. Tomábamos café y me platicaba del edificio y su historia, dificultades y avances en la obra iniciada a raíz de las consecuencias destructivas del sismo de 1985 que afectó la estructura y los bellos murales. Cinco largos años estuvo al tanto de la reconstrucción y reforzamiento del edificio.
Su responsabilidad era reforzar la cimentación y columnas, para lo cual debía colocar una nueva estructura oculta que le diera fortaleza en su conjunto el edificio, tanto por su recuperación, como previendo futuros sismos. En paralelo, coordinaba con el área de restauración del INAH, los trabajos en los murales de Montenegro y de Diego.
Pero esa mañana fue especial. Llega y me invita a visitar la obra de re cimentación del edificio posterior, en la esquina de Donceles y Brasil. La excavación era profunda y como toda la ciudad, con un acuífero a flor de tierra. Bombeaban permanentemente para poder trabajar. Pero al excavar para cimentar, se encontró un panteón con osamentas de religiosas, objetos de arte sacro y prendas aún conservadas por la alcalinidad del barro.
Hicimos una oración. Concluido su trabajo, que se llevó bastante tiempo, reubicó las osamentas en un sitio para que continuaran su descanso y algunas prendas pasaron al museo de sitio que se encuentra ahora a la entrada del inmueble, a un lado del mural de Diego llamado “entrada a la mina”.
Por cierto, el día anterior había estado de visita en el edificio, Dolores Olmedo, atestiguando la restauración de los murales de su amigo Diego.
Cada vez que voy a Argentina 28, me parece verlo, escuchar sus emocionadas narraciones y aprender de él, sentir el cariño por nuestro patrimonio cultural.
POR ANTONIO MEZA ESTRADA
COLABORADOR
YERBANIS33@GMAIL.COM
MAAZ