La mayoría de los presidentes municipales del Estado de México cumplen en una semana sus primeros 100 días de gobierno, a los que llegarán con más pena que gloria, sin obra pública, con índices de inseguridad alarmantes y sin estrategia para combatirla; además, con niveles de corrupción no vistos en otros inicios de gobierno, con denuncias puntuales, pero sin consecuencias para quienes han sido señalados.
Pareciera que la complicidad ha escalado los más altos niveles de las administraciones locales, donde funcionarios que han sido observados por haber incurrido en actos de corrupción en otros trienios, incluso inhabilitados, hoy presumen prestigio “ficticio” y apuntan a consolidar económicamente, hablando de su futuro.
En este espacio ya hemos mencionado nombres que valdría la pena seguir muy de cerca y, como dice el “vulgo”, presumen de no haber roto un solo plato cuando ya han acabado con vajillas completas.
En Naucalpan, Toluca, Atizapán de Zaragoza, Tlalnepantla y Metepec, por mencionar algunos municipios donde esto ocurre, vaya que hay personajes con historial digno de contar; algunos ocuparon cargos en gobiernos estatales que encabezó el PRI y otros han pasado por alcaldías con colores partidistas diferentes, lo cual no quiere decir que hayan sido eficaces, sino que construyeron bonanza económica y política que les ha permitido en la actualidad comprar cargos donde mejor les convenga.
Hay casos donde quien hoy en su cargo presume todo honestidad le antecede un largo historial de corrupción, del que bien podríamos escribir una novela que podría titularse “Las historias de un Contralor” o bien “Las historias de un …”, en las que podrían incluirse muchos nombres. Claro, es sólo una sugerencia… Esta historia CONTINUARÁ.
LA DE HOY: Ya hay quien se pregunta si las diputadas federales del Estado de México que busquen reelegirse o que vayan por alguna otra posición de elección popular y que votaron en contra del dictamen de desafuero del exgobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco Bravo, acusado de intento de violación, tendrán cara para salir a pedir el voto a mujeres mexiquenses cuando, de forma clara, les dieron la espalda el pasado 25 de marzo al proteger a un personaje que, si bien no está declarado culpable por un juez, sí existe la presunción de que pudo haber atentado en contra de una mujer.
En la lista de las diputadas mexiquenses que en la votación para el desafuero dieron su apoyo a Blanco Bravo están las morenistas Mónica Álvarez, Leide Avilés, Anay Beltrán, Claudia Garfias, Isela López, Montserrat Ruiz, Gabriela Valdepeñas, Julieta Villalpando y Dionicia Vázquez.
Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encuentran Ofelia Jasso y Laura Ruiz. Del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), Liliana Carbajal, Azucena Huerta y María Mendoza; mientras que Patricia Galindo cierra la lista, esta última legisladora pertenece al Partido del Trabajo (PT).
Los nombres de estas diputadas federales habrá que recordarlos en las elecciones intermedias de 2027, cuando seguramente a más de una veremos en las calles pidiendo el voto a las mujeres, a quienes les dieron la espalda… AL TIEMPO.
POR PABLO CRUZ ALFARO
COLABORADOR
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