El pulso de Europa

Europa se rearma: El nuevo desafío para la seguridad global

El continente europeo que fue escenario de dos guerras mundiales y que es cuna de valores universales y derechos humanos, se rearma ante un escenario incierto

Europa se rearma: El nuevo desafío para la seguridad global
Mónica Laborda / El pulso de Europa / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

En pleno siglo XXI, cuando el mundo está más integrado que nunca, sería impensable considerar que Europa planea rearmarse transformando la forma en la que ha concebido su defensa durante décadas.

El continente europeo que fue escenario de dos guerras mundiales y que es cuna de valores universales y derechos humanos, se rearma ante un escenario incierto y amenazante. Detrás de este giro histórico hay dos factores: la invasión rusa de Ucrania y el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos. La Unión Europea, el modelo de integración más avanzado del mundo, nace precisamente de la voluntad de unirse para vivir en paz. Tras el fantasma de las posguerras, Europa quedó devastada y se erige desde las cenizas en un exitoso modelo de cooperación e integración.

Infortunadamente, el mundo atraviesa tiempos convulsos y el orden internacional existente parece que llegó a su fin al no ser capaz de dar respuestas ante una nueva realidad global. El derecho internacional ha sido violentado con la invasión a Ucrania en febrero de 2022 y pareciera que nada ni nadie puede evitarlo.

En medio de la incertidumbre del juego geopolítico global, Europa vive de nuevo en su propio territorio, los estragos y consecuencias de una guerra. Y peor aún, la amenaza rusa que roza sus fronteras con ánimos imperialistas. La UE se ha quedado sin el apoyo de Estados Unidos y la relación trasatlántica que ha beneficiado a ambos desde el fin de la Segunda Guerra Mundial se está fisurado con el riesgo de romperse completamente.

A lo largo de estos años, la defensa europea estaba garantizada por su pertenencia en la OTAN, la organización militar más poderosa del mundo. No obstante, con el regreso de Trump, Bruselas ya no puede confiar en Washington, requiriendo con urgencia contar con un sistema de defensa autónomo y eficaz.

Ante un nuevo orden global con la amenaza de Rusia, las tensiones con Trump y la incertidumbre sobre el futuro de la OTAN, la UE reaccionó aprobando su mayor plan de rearme hasta la fecha para movilizar 800.000 millones de euros en los próximos años.

El proyecto propuesto por Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea llamado “Rearmar Europa” tiene 3 objetivos: seguir apoyando a Ucrania, reforzar su seguridad y lograr la autonomía defensiva, sin depender de aliados externos, especialmente de Washington.

Para lograrlo, los Estados miembros deberían de dar un salto en su presupuesto en defensa y que la UE pase de gastar un 1.9% de su PIB a más del 3%, este incremento no es obligatorio, dependerá de cada gobierno y del punto de partida de cada país que se relaciona a los kilómetros que lo separan de Ucrania y Rusia.  A la fecha solo hay 4 Estados miembros: Polonia, Estonia, Letonia y Grecia dedican más del 3% a la defensa, mientras que Eslovenia, Luxemburgo y España están a la cola del gasto con una inversión que ni siquiera llega al 2% exigido por la OTAN. Esta cifra cobra mayor relevancia considerando que Rusia destina alrededor de 40% del presupuesto nacional en defensa.

Lograr una voz común es otro de los desafíos, no todos los países miembros tienen capacidad militar o quieren que la UE se convierta en un actor militarmente estratégico, de momento, Francia y Alemania, tradicionales motores de la integración, son líderes de la iniciativa. Cabe destacar que Alemania ha tomado una decisión histórica al aprobar una reforma constitucional que tiene el objetivo de aumentar el gasto en defensa para rearmar el país y que podría cambiar por completo la política de defensa en toda Europa.  

Las perspectivas del gasto europeo en defensa dependen de la evolución de Alemania, al ser el mayor titular del presupuesto de defensa de la región, de allí la importancia para Europa de la decisión que tomó Berlín. Hay otros aliados fuera de la UE que también forman parte de la OTAN y pueden tener un papel clave: Reino Unido, Noruega o Turquía.

Si Europa fuese una sola nación, sería la segunda potencia militar del planeta por volumen de gasto anual, con un importe de entre 360 mil millones de euros y 420,000 millones. Solo Estados Unidos tiene un gasto mayor, de 855,000 millones de euros de presupuesto militar. Europa compite con el gasto militar de China, estimado en 285 mil millones de euros. De las 100 empresas militares más importantes del mundo, 27 son europeas.

No obstante, la UE se ve debilitada por la falta de coordinación entre sus distintas fuerzas armadas y una industria armamentística fragmentada. ¿Será capaz Europa de financiar su defensa y lograr la anhelada autonomía estratégica sin abandonar su modelo social, afectando la calidad de los servicios de salud o educación? En un mundo tan inestable, sin duda es un gran desafío.

POR MÓNICA LABORDA SÁNCHEZ

Doctora en Relaciones Internacionales  e Integración Europea

MAAZ

 

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