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Teuchitlán y la deuda con los buscadores

Los gobiernos estatal y federal piden ser precavidos. Más allá de una imagen ya dañada a nivel internacional por la violencia que le hace mala propaganda al país

Teuchitlán y la deuda con los buscadores
Carlos Zúñiga Pérez / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Los testimonios de las personas que escaparon al infierno en la tierra llamado Rancho Izaguirre en Teuchitlán, Jalisco deben mover a la reflexión. Los videos y fotografías que han estremecido al país y el mundo estrujan. El convencimiento de las buscadoras y los buscadores sobre lo que allí hallaron es de tal seguridad por la semejanza con otros casos, que difícilmente los convencerán de lo contrario, por más pruebas y última tecnología que utilicen.

Los gobiernos estatal y federal piden ser precavidos. Más allá de una imagen ya dañada a nivel internacional por la violencia que le hace mala propaganda al país, la existencia de un centro de adiestramiento, exterminio o como se le quiera llamar, ubicado a una hora de la segunda zona metropolitana más grande del país, plantea serias dudas sobre la capacidad, negligencia y complicidad de autoridades.

Desde el pasado 18 de septiembre la Guardia Nacional ya había dado con el predio. En un operativo, 10 sujetos fueron detenidos; en enero de este año, 37 personas fueron detenidas por actividades vinculadas al crimen organizado en el mismo municipio, sin embrago, fue hasta el pasado 5 de marzo que el colectivo Guerreros Buscadores de Jalisco recibió una llamada anónima que alertaba sobre la posible presencia de restos humanos en el rancho supuestamente ya revisado. ¿Qué pasó con la autoridad en medio de todo este tiempo?

Los ojos miraron al exgobernador emecista Enrique Alfaro, que apenas en diciembre pasado dejaba el ejecutivo local en medio de duros señalamientos por su insensibilidad ante el fenómeno de las desapariciones. Como otros gobernantes salientes, Alfaro puso océano de por medio y se fue a vivir a Europa, dejando un lastimoso legado a su sucesor.

Según el Registro Estatal de Personas Desaparecidas de Jalisco, de diciembre de 2018 a septiembre de 2024, 15 mil 288 personas habrían desaparecido.

De acuerdo con la Vicefiscalía especializada en personas Desaparecidas y el Registro Estatal de Personas Desaparecidas, casi en el mismo periodo fueron descubiertos en Jalisco 186 sitios de inhumación clandestinos.

Cuesta entender como este fenómeno creció ante la presencia de tantos entes involucrados. Alguna autoridad debió estar al tanto y no hizo nada, trátese de cualquier nivel o de cualquier poder. También empresas privadas y concesionarios, a sabiendas que muchas víctimas eran cooptadas en la central camionera de Tlaquepaque y muchos incluso llegaban con el boleto de autobús pagado, para que engañados, cayeran en las garras de la organización criminal más despiadada de los últimos años.

Los grupos de buscadoras y buscadores han cometido pifias en anteriores ocasiones. Sirvieron para que la maquinaria de propagandistas los satanizara, siguiendo la línea de desprecio de Andrés Manuel López Obrador. Encuentren lo que encuentren en Teuchitlán, puede ser un buen momento para que la presidenta Claudia Sheinbaum cambie la narrativa y abrace a estos colectivos. Hace falta consuelo y reconciliación.

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ

COLABORADOR

@CARLOSZUP

MAAZ

 

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