La lucha por los derechos de las mujeres es urgencia no tendencia: urge que tengamos acceso a una vida sin violencia, ya que en nuestro país siete de cada 10 mujeres han experimentado algún tipo de abuso o maltrato (INEGI 2021) y uno de los grupos más vulnerables son las madres solteras.
Las madres solteras se enfrentan al desafío de mantener, cuidar y educar a sus hijas e hijos, además en muchas ocasiones también son responsables del cuidado de sus propias madres y padres pues, aunque haya más miembros de la familia, las labores de cuidado les son delegadas por el hecho de ser mujeres. Esta carga desproporcionada las coloca en una situación de vulnerabilidad pues, al no contar con redes de apoyo suficientes, aceptan condiciones laborales injustas, descuidan su salud, y en algunos casos, también lidian con relaciones sentimentales violentas.
Por ellas y por todas aquellas cuyos derechos han sido violados, este 8M volvimos a marchar, volvimos a gritar consignas como “Ni una más” y a reafirmar nuestra sororidad, porque eso es marchar. Sin embargo, siempre he creído en la importancia de transformar esta sororidad en acciones concretas, porque en cada marcha se escuchan historias que duelen y nos recuerdan que no basta con alzar la voz: es urgente actuar.
En Fundación Grupo Andrade celebramos y apoyamos los movimientos sociales que buscan generar cambios positivos, como Casa Deborah, un proyecto del Colectivo WCP México que apoya a madres solteras del municipio de Huehuetoca, en el Estado de México.
Esta gran historia de impacto comenzó con la misión de mejorar la situación de la niñez a través de una alimentación saludable. Para ello, WCP México fundó comedores comunitarios, proyecto que les permitió detectar que muchos niños y niñas durante el día se quedaban solos o con familiares, expuestos a diversos riesgos, ya que sus madres tenían que salir a trabajar a lugares que quedaban a una hora y media o más de distancia.
Con el objetivo de crear una red de apoyo sólida para las madres solteras de Huehuetoca, WCP México fundó Casa Deborah, un espacio dedicado al desarrollo y la protección de la mujer. Este lugar ofrece empleo bajo un modelo flexible, permitiendo que las madres puedan atender el cuidado y la educación de sus hijos e hijas.
La fuente de empleo es una maquiladora en la que se confecciona ropa deportiva, uniformes corporativos, cosmetiqueras y todo tipo de productos textiles. También brindan cursos de diseño de ropa, corte y confección. En la actualidad, con los recursos económicos generados por la maquila, además de cubrir los sueldos de las mujeres, se financian estudios médicos como mamografías, papanicolaou y detección del Virus del Papiloma Humano (VPH).
Casa Deborah beneficia a 100 mujeres y tiene deseos de ampliar su impacto y para lograrlo convocan a las empresas y personas que requieran algún tipo servicio de maquila a contactarlos mediante sus redes sociales.
Si las mamás están bien, sus hijas e hijos también y así México puede avanzar de una forma sana. -Enid Monroy, Directora de Inversión social para el Desarrollo de la Mujer de Casa Deborah.
Unirnos a esta causa es una forma de solidarizarnos con mujeres que día a día llevan en sus hombros una pesada carga y que además tanto ellas como sus hijas e hijos quedan expuestos a diversos riesgos como la violencia.
Para conocer más de este proyecto sigue a Casa Deborah (casadeborahmexico) en Instagram.
POR DULCE GALINDO VILLA
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