Ante el regreso de Donald Trump a la presidencia, parece que la nueva obsesión del gobierno de Claudia Sheinbaum es convencerlo de que nuestras muy honorables organizaciones criminales no producen fentanilo. Que aquí solamente se “confeccionan” las miles de pastillas que causan la muerte de 75 mil estadounidenses al año.
Consuelo de tontos y encima falso. En primer lugar, argumentar que México no produce fentanilo porque no sintetiza la sustancia, sino que solo la prensa en pastillas es tan absurdo como decir que no producimos automóviles porque solo los ensamblamos.
Lo cierto es que México juega un rol central en la compleja cadena de proveedores, distribuidores y productores que participan en el mercado de las drogas sintéticas, particularmente de metanfetaminas y fentanilo, como lo muestra el informe “El flujo de precursores químicos para la producción de drogas sintéticas en México” de Insight Crime.
En el caso de las metanfetaminas, los cárteles mexicanos se han convertido en expertos en su producción, prácticamente llevando a cabo todo el proceso químico, al grado de crear recetas propias y fabricar precursores de diseño. Conforme las autoridades regulan o prohíben sustancias, los cárteles han reaccionado con innovadoras soluciones para sustituirlas y mantener la producción. La propia SEDENA reconoce que en 2024 desmanteló más de 400 laboratorios clandestinos, principalmente relacionados a esta droga.
En cuanto al fentanilo, hay indicios de que los cárteles mexicanos ya no solo prensan píldoras, como dice el gobierno, sino que podrían estar sintetizándolo. Esto se intuye a partir de la caída de incautaciones de fentanilo puro en puertos y aeropuertos mexicanos, lo que coincide con las mayores restricciones que impuso China desde 2019 a esta sustancia y sus componentes. ¿Por qué si cae la importación de fentanilo puro, se mantiene la exportación de pastillas desde México? ¿Si la sustancia para “confeccionarlas” ya no viene de China, entonces en dónde se produce? En México.
Lo que los cárteles ahora importan al por mayor son precursores, preprecursores y sustancias esenciales para cocinar fentanilo. Existen casos ya judicializados de tráfico ilegal de precursores de fentanilo hacia México. Hay laboratorios incautados. Informes gubernamentales, vaya, hasta filtraciones de “Guacamaya leaks” que indican que aquí sí se sintetiza esta droga. Como indican los expertos de Insight Crime: “la cuestión no es si el fentanilo se sintetiza en México o no, sino en qué cantidad”.
Con el fentanilo puede estar pasando lo que ya pasó con el mercado de las metanfetaminas. El crimen organizado va encontrando formas de sustituir sustancias y procesos para relocalizar la producción. Los “cocineros” mexicanos podrían estar utilizando métodos simplificados para producir fentanilo con precursores que eficientizan el trabajo, como el ANPP, que el propio gobierno mexicano ha incautado. Por eso las imágenes del laboratorio mostrado por el NYT no son inverosímiles.
¿A quién pretenden engañar entonces el gobierno mexicano? ¿A la administración de Donald Trump que en todo caso no le interesa si aquí se confecciona o sintetiza fentanilo? Lo que importa es que millones de dosis son enviadas por los cárteles mexicanos a su país y que son esas organizaciones las que más lucran con este letal negocio.
El complejo mercado de las drogas sintéticas nos debería recordar que el crimen organizado siempre va un paso adelante de la regulación. Que, a cada nueva restricción, responden con un nuevo método. Y que, por eso, lo importante es perseguir y encarcelar a quienes violan la ley. Lo esencial es el combate material de la actividad criminal y ahí es donde el gobierno mexicano tiene muy poco que presumir.
Posdata: mientras seguimos con la cortina de humo, 2024 cerró como el primer año en los últimos 5 en el que crecieron los homicidios a nivel nacional.
Posdata: 2024 cerró como el primer año, en los últimos cinco, en el que crecieron los homicidios a nivel nacional.
POR CARLOS MATIENZO
DIRECTOR DE DATAINT
@CMATIENZO
MAAZ