Portazo

La 4-T; tarada y soberbia

Pocos como ellos se pueden regodear en la reiteración de sus defectos y la sublime vanidad ante la contemplación de sus fracasos

La 4-T; tarada y soberbia
Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Escojamos del lexicón cualquiera de las acepciones y veamos cuál de ellas le ajusta al comportamiento de la Cuarta Transformación, cuya costumbre permite el sostenimiento gozoso de sus peores personajes en contra de sus intereses y en agravio de su prestigio —de por sí escaso— y su relativa calidad como gobierno.

Pocos como ellos se pueden regodear en la reiteración de sus defectos y la sublime vanidad ante la contemplación de sus fracasos. Veamos:

1.- f. Peso del continente de una mercancía o género, vehículo, caja, vasija, etc., que se rebaja en la pesada total con el contenido.

Sin.: peso.

2.- f. Peso sin calibrar que se coloca en un platillo de la balanza para calibrarla, o para realizar determinadas pesadas.

3.- f. Defecto físico o psíquico, por lo común importante y de carácter hereditario.

4.- f. Defecto o mancha que disminuye el valor de algo o de alguien. Sin.: defecto, falta, deficiencia.

En la política, una tara es el arrastre pesaroso de los fieles de antaño a quienes se les regaló un cargo como premio a sus favores, sobre todo económicos, del pasado. De sobra lo sabemos, a los amigos y patrocinadores (visibles e invisibles) se les entregaron gobiernos estatales y hasta carteras ministeriales sin reparar en su incapacidad, su mala fama o sus relaciones con el crimen organizado, útiles para inyectar “dinero negro” a las campañas.

Es el caso del actual fardo Rocha Moya (Mayo), cuya pésima gestión en Sinaloa ha puesto al estado al borde del conflicto crónico.

¡Fuera Rocha!, le gritaban al virrey, pero desde el centro, y desde hace meses, se le sostiene contra toda lógica y conveniencia, no obstante sus comprobadas relaciones (o por eso), con notables narcotraficantes del país, ahora catalogados desde el extranjero como terroristas.

Pero nada de eso hace mella en la soberbia cuatroteísta. Prefieren cargar con las taras de Cuitláhuac, Cuauhtémoc, Salomón, Salgado, Merino o Garduño, como ejemplos.

Los pésimos gobiernos estatales y sus herencias como losas –viles taras— han sido denunciados hasta por sus sucesores (todos morenos), quienes han revelado tropelías de los protegidos. Contumacia total en el segundo piso cuando se desoyen las palabras hasta de los suyos; verbigracia, los actuales gobernadores de Tabasco, Chiapas y Morelos, por no decir más.

Sostener a Rocha Moya es un error. No reconocer la pifia de haberle brindado respaldo antes, es otro. Y el mayor de todos, haberlo impuesto gobernador sin reparar en su evidente incapacidad.

Para otras cosas y otras mañas, pudo ser muy hábil, especialmente con el anterior Presidente, quien se lo heredó a este gobierno como lujosa tara.   

Allá ellos y el desprestigio. O allá ella, como se quiera.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

MAAZ

 

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