Autonomía relativa

Que dice Durazo que se lo merecen

En un evento con policías de su estado, el gobernador Durazo se soltó diciendo lo que piensa sobre los altísimos índices de homicidios que hay en la entidad que gobierna

Que dice Durazo que se lo merecen
Juan Ignacio Zavala / Autonomía relativa / El Heraldo de México Foto: Especial

Resulta por demás curioso que las defensas que hacen ahora los morenistas de sus estrategias de seguridad pública y de los asesinatos y desmanes criminales, son idénticas a los que daban los gobiernos de Calderón y de Peña Nieto. Incluso son peores porque fueron ellos los que criticaban hasta la saciedad ese tipo de pronunciamientos, se beneficiaron por años de esa crítica y ahora salen con lo mismo. No cabe duda que no es lo mismo estar mentando madres que haciendo políticas públicas.

Estar haciendo declaraciones es difícil. No hay manera de no cometer errores cuando se habla ante los medios sistemáticamente. Uno se resbala en esto, aquel en otra cosa, en fin, que la arena pública también es movediza. En el ámbito de la seguridad pública, del combate al crimen hemos tenido de las más desafortunadas declaraciones en todos los gobiernos. Desde “se matan entre ellos” hasta “los voy a acusar con su mamá”. Realmente una competencia reñida. Hasta que llegó Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, y superó lo inimaginable.

En un evento con policías de su estado, el gobernador Durazo se soltó diciendo lo que piensa sobre los altísimos índices de homicidios que hay en la entidad que gobierna. Según datos públicos, en Sonora asesinan a tres personas cada día. Pero no se crea que los asesinan por nada que pleito entre bandas o cosas por el estilo. Los muertos, según dijo Durazo, fueron asesinados por su culpa, así de sencillo, así de claro.

"Quiero decirles a ustedes y a la sociedad que en el 97.2% de los homicidios que ocurren en el estado, las víctimas se esmeraron en el transcurso de su vida en crear un entorno de riesgo en virtud de las actividades ilegales en las que estuvieron involucrados” (Proceso 11/01/25). Esas son las palabras del gobernador sonorense. Esto significa que cada asesinado trabajó decididamente en generar un ambiente de maldad y criminalidad que terminó costándole la vida. Los más de mil asesinados en Sonora no eran buenas personas, que eso quede claro. Obtuvieron lo que querían o lo que sabían que les tocaría, por andar construyendo el entorno de plomo y sangre que se empeñaron en construir “en el transcurso de su vida”. Merecían morir pues como bien señala el señor Durazo, estuvieron todos ellos -por lo menos el 97.2%- involucrados en actividades ilegales. Y se sabe, sale hasta en la tele: si andas en cosas ilegales, pues te matan. Por lo menos en Sonora sí, según el gobernador.

Es claro que quien se esmera “en el transcurso de su vida en crear un entorno de riesgo” con actividades delictivas, no tiene de otra más que encontrarse con la muerte ejecutado por otro tipo igual de malo pero con mejor puntería o mejor suerte. Así lo afirma el gobernador. Digan ustedes que no. Para Durazo, ese 97.2% de asesinados no sólo diseñaron un plan sobre su propia muerte –como corresponde a los malvivientes que habitan Sonora- sino que sabían que morirían por lo mismo. Ya no en un enfrentamiento con las fuerzas del orden o, mejor aún, un encuentro entre bandas delictivas en que se mueran todos porque todos ellos merecen morir por el esmero que pusieron en su maldad. No contento con echar tierra a los muertos, Durazo conminó a las familias a que estén pendientes del “comportamiento de cada uno de sus integrantes, porque las actividades ilegales de alguno de sus miembros generan un entorno de riesgo. No solo para quien realiza las actividades ilegales, sino para el conjunto de la familia”. Que quede claro, por lo menos en Sonora, el que la hace la paga y su familia también.

Los sonorenses deben sentirse tranquilos de estar gobernados por todo un estadista que sabe poner a cada quien en su lugar.

POR JUAN IGNACIO ZAVALA

@JUANIZAVALA

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