El galimatías del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) respecto de la prohibición para que los taxis de plataforma tipo Uber y Didi recojan pasajeros en donde suelen hacerlo —rampas de ascenso y descenso de las terminales— refleja la tensión característica de México para prosperar.
Este episodio muestra la perenne pugna entre un avance tecnológico y las regulaciones escleróticas que lo detienen. Lo peor en esta ocasión es que el uso tecnológico ya se había adoptado y era masivo, por lo que la nueva determinación del Aeropuerto capitalino es un retroceso real.
La verdad, han servido de muy poco las aclaraciones del Director General del Aeropuerto, el Contralmirante José Rivera Parga, quien ha justificado con la Ley de Caminos, Puentes y Aerotransporte Federal el hecho de que ahora las zonas de abordaje de los taxis por plataforma estén a más de un kilómetro de distancia de las terminales 1 y 2. Pero es un gran sinsentido.
Esta nueva normativa equivale a que se prohíba el uso de celulares dentro del Aeropuerto, para obligar a los viajeros a utilizar teléfonos de tarjeta Ladatel si quieren comunicarse —justificando que Telmex paga una cuota por tener ahí sus aparatos—.
El progreso de México está condicionado a los burócratas y a las normatividades obsoletas. Lo que hace tres décadas era pavor ante la apertura comercial —y que originó el florecimiento de la “fayuca” y las importaciones de contrabando—, hoy es un temor cada día mayor ante el avance tecnológico.
Hoy es evidente el beneficio tecnológico para el usuario, en este caso los viajeros que, en todo el mundo, acostumbran utilizar Uber o Didi.
Pero esta tecnología exhibe las incapacidades locales, en este caso del del Aeropuerto y de los taxistas, ninguno de los cuales quiere renunciar al monopolio del servicio de transporte terrestre con los clientes cautivos que llegan arrastrando alguna maleta.
Pobre México. Mientras no resolvamos la tensión en favor de la tecnología permaneceremos mil pasos atrás de los avances que se desarrollan en Estados Unidos, Japón, Alemania y otras naciones.
Pero hay un riesgo: que aquellas nos rebasen por una velocidad aun mayor. ¿Cuándo ocurriría eso? Cuando aparezcan las primeras manifestaciones contra los robots en las fábricas, o contra la Inteligencia Artificial en los diagnósticos médicos. Ojalá no lleguemos a ese nivel de ensimismamiento contra el progreso.
NISSAN
Ha iniciado la producción del Nissan Kicks 2025 en la planta Aguascalientes 1 de esta empresa japonesa. La firma que encabeza Rodrigo Centeno alcanzó este mes el ensamblaje de la unidad número 16 millones que ha fabricado en nuestro país. Esa planta de Aguascalientes fabrica mil 200 unidades al día, de varios modelos, incluido el Versa. El nuevo crossover Kicks se exportará a 70 países.
POR: CARLOS MOTA
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