RADAR DE LIBROS

Venezuela. Ensayo sobre la descomposición

Venezuela pasó de representar un nuevo “faro ideológico” a un “pesado adoquín simbólico” para las izquierdas latinoamericanas

OPINIÓN

·
Carlos Bravo Regidor / Radar de libros / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las metáforas biológicas no suelen tener la mejor suerte en el análisis de los fenómenos sociales. Tienden a patologizarlos, a plantearlos como “enfermedades” que deben ser “curadas”, como “males” para los que hay un tratamiento claro e inequívoco. Pero las sociedades no son “pacientes”; tampoco sus gobernantes (ni sus economistas, politólogos, internacionalistas, etc.), son “médicos”. Quizá ese tipo de metáforas son frecuentes porque resultan muy fáciles de entender; lo cierto es que, de todas maneras, suelen ser muy malas para explicar.

A veces, afortunadamente, hay excepciones. Es el feliz caso del más reciente libro de José Natanson (Buenos Aires, 1975), director de la edición Cono Sur de Le Monde Diplomatique –el Dipló, como se le conoce popularmente– desde cuyo título se anuncia la metáfora que es su clave de interpretación: Venezuela. Ensayo sobre la descomposición (Debate, 2024).

El libro está dividido en tres partes. La primera se trata del subsuelo histórico, sobre todo del ingrediente material definitivo, casi ontológico, del caso venezolano: el petróleo. De ahí se derivan una economía monodependiente, una sociedad rentista y una política cuyos ciclos son indistinguibles de los del hidrocarburo. (“En Venezuela no hay buenos o malos presidentes”, recuerda Natanson en una entrevista reciente, “sino buenos o malos precios del petróleo”). No es que el petróleo haya determinado el destino de Venezuela; es, más bien, que los venezolanos decidieron construirlo siempre a partir de él.

La segunda parte se ocupa de la dimensión político-institucional de la “desdemocratización” venezolana. Recorre desde el desafío populista que representó Hugo Chávez, bajo cuyos sucesivos mandatos se fue desfigurando la institucionalidad democrática; hasta la transición hacia el “autoritarismo caótico” de Nicolás Maduro, que termina combinando un gobierno de creciente vocación autoritaria con un Estado cada vez más frágil, una corrupción generalizada con una progresiva falta de control territorial, el laissez faire de la delincuencia económica con la mano dura de un militarismo voraz.

La tercera parte ubica a Venezuela en el contexto internacional. Relata lo que cabría denominar la paulatina “cubanización” de su lugar en el mundo, no sólo por la injerencia de Cuba sino por sus enfrentamientos con Estados Unidos y por la configuración de sus alianzas exteriores –con Rusia en primerísimo lugar, pero también con China e Irán como compañeros de viaje en la épica contemporánea del antimperialismo autoritario–.

Y concluye con una certera descripción de la trayectoria que recorrió el autodenominado “socialismo del siglo XXI”, de un nuevo “faro ideológico” a un “pesado adoquín simbólico” para las izquierdas latinoamericanas.

Volviendo a la metáfora, “si la descomposición es una transformación biológica por la cual el cuerpo de un organismo se va reduciendo a formas más simples, Venezuela pareciera estar atravesando justamente ese proceso, un país que fue próspero, democrático e igualitario, y hoy se encuentra estancado en el pantano de todas las crisis”.

POR CARLOS BRAVO REGIDOR

COLABORADOR

@CARLOSBRAVOREG

MAAZ