Cuando un dictador está acorralado sus respuestas pueden ser impredecibles. Como psicóloga, el fenómeno me resulta fascinante, como demócrata el asunto me parece preocupante. Nicolás Maduro ha decidido, en su desesperación por haber perdido las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado, controlar a todas las organizaciones de la sociedad civil (o como se decía antes ONG´s) que no coincidan con su eternización y forma de gobernar.
Ninguna consideración le merece al oficialismo venezolano que estas instancias ciudadanas atiendan, trabajen, investiguen o ayuden en temas de transparencia de datos, combate a la corrupción, o apoyos en salud, educación y otros quehaceres humanitarios.
El objetivo es desmantelar cualquier forma de presencia de la sociedad civil organizada que se atreva a discrepar de lo que dicta el tirano. Desde mi punto de vista es una muestra del totalitarismo que parece cundir hoy en muchos países, antes democráticos, para desgracia de sus ciudadanos.
Lo que encabezó antes Chávez y ahora Maduro es un gobierno “total”, donde todo está a tal punto ideologizado que no cabe la pluralidad ni los distintos puntos de vista, en donde las libertades son inexistentes o cada vez más limitadas.
El objetivo: un partido único, un pensamiento único y una sociedad civil dócil y obediente a un líder carismático poseedor de la verdad absoluta. Eso es lo que están viviendo desde hace muchos años en nuestro continente naciones como Cuba, Nicaragua o Venezuela, ante la impotencia de sus habitantes.
El Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU ha llamado al gobierno de Miraflores a “no socavar el espacio cívico y democrático” de los venezolanos con la cancelación de estas organizaciones civiles, que han denunciado cómo con este tipo de medidas se busca acallar a la disidencia y hacer aún más grave la represión.
La respuesta del Congreso venezolano ha sido más que reveladora al decir que se trata de proteger y defender a los ciudadanos de ideas “fascistas” y del “odio de las redes sociales” por medio de leyes tales como: “Fiscalización, Regularización, Actuación y Financiamiento de Organizaciones No gubernamentales” así como con la ley “Contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones similares”.
Jorge Rodríguez presidente del órgano legislativo en Caracas declaró que “muchas ONG´s son fachadas para cometer actos terroristas en Venezuela” Así de claro. Impedir el financiamiento de estas organizaciones, ilegalizarlas, perseguir fiscalmente a los donantes, implementar sanciones económicas a quienes trabajen o participen en ellas serán, de aprobarse, golpes certeros a los derechos humanos de los venezolanos, a sus libertades y ayudarán a la reafirmación de Nicolás Maduro como el autócrata que ha sido al desconocer la voluntad de la ciudadanía y de las instancias internacionales.
Como estará la cosa que no sólo la OEA, la ONU, Estados Unidos y la Unión Europea han hecho llamados a la transparencia electoral, sino que hasta gobiernos de izquierda como los de Petro, Lula y Boric han reprobado los estilos del dictador. Estamos a tiempo de no mirarnos en ese espejo…todavía.
POR TERE VALE
COLABORADORA
@TEREVALEMX
MAAZ