Tres en Raya

Rumor en Canadá, efecto de Trump

Un populista que asusta más allá de su país y que por lo mismo debería poner al resto del mundo vigilante. Trudeau, ¿hasta cuándo aguantará?

Rumor en Canadá, efecto de Trump
Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

No conoce fronteras. Donald Trump pone en sobre aviso a narcotraficantes, empresarios y gobiernos de cualquier denominación. Incluyendo al de nuestro mutuo socio comercial, el gobierno canadiense.

Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, el que fue a cenar a Mar-a-Lago no hace mucho y aguantó la broma de Trump de que podía quedarse como gobernador del estado “51” de la Unión Americana, enfrenta ahora el enojo y cansancio de sus compatriotas. Yo, que había dicho rebasó a Claudia Sheinbaum, ahora resulta enfrenta un rumor que crece como la espuma. La verdad es que ya se había tardado; fueron muchos años -demasiados- de gestión.

Su gobierno está a punto de terminar. El partido socialdemócrata que lo impulsó y apoyó a lo largo de su carrera para que se mantuviera al frente del poder, anunció que votará para derribarlo.

Pero más que orgánico e interno, esto es consecuencia de Trump. Ante el anuncio de la amenaza naranja de que pondría aranceles a los productos de Canadá y México si no paraban a los migrantes, diversos gobernadores de las provincias canadienses pidieron seguir con Estados Unidos, dejándonos fuera. Pero luego Trudeau tardó en poner un alto a sus gobernadores y en lanzar su propia estrategia y/o postura en la materia.

¿La consecuencia de esa demora y tardanza en reaccionar para coaligar a sus propios nacionales? Avivó protestas que ya existían contra él, su persona; no tanto hacia su gobierno o partido político. Una situación bastante atípica.

El anuncio en contra del partido socialdemócrata fue confirmado por Jagmeet Sigh, líder del Nuevo Partido Democrático, instituto político que hasta ahora le había apoyado. Sigh dijo que ni Trudeau ni su partido merecen otra oportunidad…

Es curioso, desde que se divorció de su mujer, a Justin Trudeau no le sale nada bien. Por ejemplo, Canadá es un país de migrantes. Sin embargo, mismo ello, su gente no está dispuesta a que Trudeau se comporte más musulmán que los musulmanes, más latino que los latinos, más hindú que los hindúes y más judío que los judíos (el colmo: ufanándose de ser “políticamente correcto” en una ocasión se pintó la piel como si se tratara de una persona negra…).

Una cosa es honrar las raíces de las diversas poblaciones de Canadá y otra tratar de llevar sus trajes y culturas, todo en un afán de “pertenencia” política que podría ser llamado un populismo “light”.

El rumor o el anhelo de muchos canadienses ha llegado a tal extremo que en “X”, siempre Twitter, se ha logrado posicionar la frase #TrudeauMustGo (Trudeau debe irse) entre las más mencionadas a nivel mundial. No solo eso, en la misma red social ha surgido la propuesta de gente que se retrata, escribe su edad, profesión y alguna que otra razón para solicitar que sí, Trudeau se vaya.

Poco importan para ellos, en este momento, las cosas buenas que logró (o que pudo usufructuar). A Trudeau le ha tocado pagar su frivolidad. El problema de ello, es que pueden ascender políticos aún más frívolos, populistas y eso sí, que se envuelven en falsos patriotismos que suenan muy bien en el discurso y resultan exorbitantemente caros para los países. Esto es, para quienes pagan impuestos.

Pareciera que la pregunta para Trudeau no es si se va o no, sino cuándo se va.

El rumor en Canadá tuvo un inicio: es el efecto Trump. Un populista que asusta más allá de su país y que por lo mismo debería poner al resto del mundo vigilante. Trudeau, ¿hasta cuándo aguantará?

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADOR

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM 

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