Malos modos

Diputados contra senadores

Yo estaba tranquilo en mi casa, preparando mi taller de lectura de la segunda semana de enero, y me llega el mensaje de que te me fuiste con todo

Diputados contra senadores
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

—No puede ser, Ricardo. Fue un recorte tremendo. ¿Cómo no va a haber un conflicto? Bueno, pues ahora ya nos llamaron a Palacio a rendir cuentas. Hoy era nuestra posada y, en cambio, aquí andamos. Te lo digo con toda sinceridad: sí voy a exponer lo de los contratos para elevadores y demás.

—No me obligues a hablar de los uniformes comprados en China.
 Te lo pido por favor. No me obligues. Y te repito: no hubo recorte.

–En mi calidad de presidente, los llamo a no caer en confrontaciones. Tenemos que mantener la unidad.

—¿Ahora eres tú el moderado, Gerardo?

—Pues no seré moderado, pero me la pelaste en lo de las corcholatas. Te recuerdo que quedé en tercer lugar.

—Algo que he aprendido de las amenazas extraterrestres es que la división es el verdadero enemigo. Te invito a reflexionar, estimado Gerardo, por el bien del movimiento y el futuro de la 4T.

—No es justa la recriminación, compañeros senadores. Yo estaba tranquilo en mi casa, preparando mi taller de lectura de la segunda semana de enero, y me llega el mensaje de que te me fuiste con todo. Y luego lo mismo contigo, Gerardo. No entiendo cómo puedes hablar de venganza. En Zacatecas ni siquiera existe esa palabra. ¿Por qué la agresión?

—¿Cuánto es lo menos por unas llantas de Volvo? Las cuatro, señorita, sí. Perdón, ¿eh? Tengo que resolver esto. Me pasaron el contacto de un proveedor que las da mucho más baratas que en la agencia.

—A propósito, y como muestra de mi buena voluntad, los invito al taller. La semana que viene, antes de vacaciones, hablaré de la obra de Hamlet, un escritor inglés muy importante que habla del poder, y dos títulos de mi autoría.

—Yo soy un apasionado de Pellicer. No es por dármelas de nada, pero así, a mis años, las muchachas todavía caen rendidas con lo de “Estoy pensando en ti. En ti he aprendido que no hay tanta riqueza en mi miseria”. También le encanta a Andrés. Dice que es el poema de la austeridad republicana.

—No, señorita. La XC-90. La grande, sí.

—Fíjense que, humildemente, en los talleres, lo que más les gusta a las compañeras y los compañeros son los libros de su servidor. Ni el de Maquiavelo les gustó tanto. A propósito, tuve que insistirles en que no se llama “Maquiaveli”, aunque sea italiano. Herencia de Torruco.

—Les juro que varias senadoras me insisten: “Recítenos a Pellicer”, y pues cómo negarse. No me quitaré la camisa, como Ruvalcaba, pero verbo mata carita. En este caso, verso.

—¿A ustedes también los linchan en redes por meterse a las salas VIP en los aeropuertos?

—Yo soy más de aviones militares.

—Yo, de helicópteros. 

—Ahí viene la Presidenta. Sonrían.

—Regrésanos el dinero.

—Discúlpate por los infundios.

—Eso es rudeza innecesaria.

—¿Por qué no le dicen que el problema fue una intermitencia técnica, se dan la mano y nos vamos a la posada?

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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