Columna Invitada

Programas Sociales: transparencia y rendición de cuentas

El PAN tiene historia en la creación de programas sociales que han buscado involucrar a las personas y, en especial a las familias mexicanas, otorgándoles apoyos a cambio de un compromiso con la educación de los niños, con la salud preventiva y el mejoramiento de la comunidad

Programas Sociales: transparencia y rendición de cuentas
Susana Zatarain / Columna Invitada / El Heraldo de México Foto: Heraldo de México

En un contexto donde los partidos políticos en México parecen estar cada vez más polarizados, hay un consenso creciente sobre la necesidad de fortalecer una de las políticas públicas que benefician a la población: los programas sociales.

La importancia en crear una red de apoyo estatal que beneficie a los más desfavorecidos es un tema que resuena en múltiples sectores. Desde la perspectiva del Partido Acción Nacional (PAN), se enfatiza un enfoque humanista que busca empoderar a las familias y garantizar su dignidad y libertad.

El PAN se define como un partido profundamente humanista, donde la acción política se orienta hacia la persona, su dignidad y libertad. “Nuestra vocación es pro persona”, a su dignidad y a su libertad como derechos fundamentales. Este enfoque se traduce en un compromiso con políticas públicas que no sólo proporcionen asistencia, sino que también promuevan la responsabilidad individual y familiar. 

En el ámbito internacional, existen numerosos ejemplos de programas sociales que han logrado implementarse con éxito y que han beneficiado a la población más necesitada y que, además, cuentan con mecanismos de transparencia y rendición de cuentas que dan certeza y credibilidad a la aplicación de estas importantes políticas públicas.

En Suecia, por ejemplo, el sistema de bienestar social está diseñado para ser accesible y transparente, con auditorías regulares que garantizan el uso adecuado de los recursos, más si son públicos. Esto contrasta con el modelo clientelista que se critica en nuestro país, donde los apoyos a menudo se intercambian por votos.

Otro caso notable es el de Brasil con su programa “Bolsa Família”, que ha sido reconocido mundialmente por su enfoque en la inclusión y la transparencia. Este programa no solo proporciona ayuda financiera a las familias más pobres, sino que también exige compromisos en educación y salud, fomentando así la responsabilidad social, fundamental para el desarrollo de cualquier nación que ostente un sistema democrático como el nuestro.

El PAN ha manifestado su rechazo a la demagogia y al clientelismo, enfatizando que “todo apoyo y política social debe ser para empoderar a las familias”.

Esta postura se opone a la tendencia de utilizar programas sociales como herramientas de control político. En lugar de ello, se aboga por un sistema profesionalizado, donde los servidores públicos estén capacitados y sean independientes del gobierno central, es decir, los llamados “servidores de la nación” no caben en una política real de asistencia social pues se han distinguido por ser “extorsionadores públicos” que manejan programas para comprar voluntades.

Consecuentemente, desde mi posición como Senadora de la República y en concordancia con la vertiente ideológica y material de Acción Nacional me manifesté en el Pleno del Senado de la República en días pasados, por apoyar la reforma que se presentó para que los programas sociales dirigidas a personas vulnerables estén consagradas en la Constitución.

Así, se institucionaliza para cualquier gobierno, sin importar su ideología política, la obligatoriedad constitucional de materializar políticas a través de programas sociales que dignifiquen a la población que históricamente ha estado discriminada por su condición social y económica, principalmente.

El PAN tiene historia en la creación de programas sociales que han buscado involucrar a las personas y, en especial a las familias mexicanas, otorgándoles apoyos a cambio de un compromiso con la educación de los niños, con la salud preventiva y el mejoramiento de la comunidad.

Ahora bien, la sostenibilidad financiera de los programas sociales es otro punto crucial. “De nada sirve vaciar las arcas públicas pensando en la próxima elección”, por lo que es necesaria una política fiscal eficiente. La experiencia de países como Alemania, que ha implementado políticas sociales sostenibles y responsables, demuestra que un enfoque equilibrado puede generar un impacto positivo en la calidad de vida de las y los ciudadanos.

Finalmente, el empleo se presenta como el verdadero camino hacia la dignificación del ser humano. La experiencia de países como Canadá, que han fomentado un entorno favorable para la inversión y el empleo, muestra que sin un mercado robusto, los programas sociales no pueden ser efectivos. “Sin empleo no habrá ingreso independiente para las familias”, han recalcado diversos líderes del PAN, enfatizando la interconexión entre empleo, recaudación y asistencia social.

Bajo este contexto, SÍ a los programas sociales; SÍ a la transparencia y rendición de cuentas; SÍ al desarrollo libre de las familias mexicanas; SÍ a un Estado de Derecho; SÍ a un sistema democrático; SÍ al consenso, al diálogo y a la construcción de acuerdos permanentes;

SÍ a velar por la población más necesitada, y SÍ a políticas incluyentes y con perspectiva de género que beneficien a lo más preciado de cualquier nación que busca desarrollarse plenamente: la ciudadanía.

Susana Zatarain 

Senadora del PAN 

@SusanaZatarain

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