Las Elecciones Presidenciales en Estados Unidos constituyen el proceso electoral con mayor atención planetaria. Pese a indicadores económicos que muestran que su riqueza ya no es la dominante, que su opinión política es menos atendida que antaño e incluso que China tiene ya un número mayor de embajadas que Washington, la realidad es que el alcance internacional de las situaciones domésticas en ese país, siguen teniendo influencia y efectos prácticos en muchos rincones del mundo.
Mientras los mensajes de los candidatos se dirigen a sus votantes, no faltan referencias con efectos externos inmediatos; México es destino regular de ellos, ya sea en forma subyacente o explícita, pues migración, comercio, crimen organizado siempre parece tenernos como destinatarios.
Pero hay otros países también señalados, especialmente por Trump, y Ucrania es destino de sus advertencias. El tema de Israel y su vocación de inestabilidad regional y sistemática violación de los derechos humanos, es un tema que puede costar muchos votos a Harris entre los jóvenes estadounidenses, por lo que trata de evitar hablar de ello o jugar un complicado equilibrio. Ambos países se mantienen atentos, pues según quién gane su futuro será afectado.
Los mercados internacionales expresan en cifras su nerviosismo y si bien tienden a considerar domésticamente mejor para sus negocios el triunfo de Trump, en el resto del mundo la lectura es más conservadora, pues los efectos en mercados de futuros y movimientos inflacionarios puede tener impacto en muchas economías.
Para la Unión Europea está en juego mucho más que el comercio, su seguridad misma. Ante el riesgo de mayor violencia en Ucrania, los costos y capacidades de la defensa europea se vinculan estrechamente con las estrategias de Washington y ya Trump ha demostrado su desdén a participar de la estabilidad europea.
Temas como aborto, inclusión, cambio climático, energía verde, microprocesadores, Inteligencia Artificial, etcétera, constituyen parte de una lista más extensa de los temas que importan a la humanidad y en todos ellos Estados Unidos sigue teniendo un peso sustantivo que se verá determinado por las políticas de quien gané estas elecciones.
Sin embargo, por más que el resultado electoral importa al mundo y las opiniones mediáticas, políticas y académicas se multiplican mostrando su simpatía por una u otro candidato, la realidad es que todos los interesados fuera de Estados Unidos, no votan en los comicios, su opinión poco importa a los electores y acaso repercuten por momentos en los mercados de valores, pero no votan.
Y como cada cuatro años se desvelarán a la espera de los resultados e incluso con la preocupación de que el ganador no sea claramente señalado al final de la votación. La posibilidad de un conflicto postelectoral es el peor de los escenarios, pues sus efectos, en caso de victoria de Harris, le seguirán durante buena parte de su gestión.
En contraste, un posible triunfo de Trump se percibe en los analistas y tomadores de decisión internacionales, como un alto riesgo de inestabilidad mundial y el surgimiento, sin contención, de conflictos locales y regionales de diversas características.
EMBAJADOR DE MÉXICO
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